Los jugadores del CD Castellón se marcharon de vacaciones el pasado 29 de mayo, justo un día después de disputar la última jornada de la fase regular en Primera RFEF. Lo hicieron sin saber quién les iba a entrenar a su vuelta, porque justo el día de antes Sergi Escobar anunció que no seguiría en el banquillo albinegro en la campaña 2022/23, y calculando que en un mes y medio más o menos volverían a vestirse de corto. Desde entonces han pasado ya tres semanas y en el club nadie sabe nada.
Mientras Vicente Montesinos se encuentra inmerso en las negociaciones con distintos grupos de inversores que aspiran a entrar en el club para dotarlo de músculo económico y hacer un proyecto sólido con el que regresar a Segunda a medio-largo plazo, el resto de parcelas están totalmente paralizadas. En el aspecto deportivo, que es el que cobra mayor importancia a estas alturas del mes de junio, no hay nada claro.
Ni Fernando Gómez Colomer ni Ángel Dealbert, los responsables de la dirección deportiva, saben si van a seguir en el club desempeñando la labor que hasta ahora hacían. Su futuro es una incógnita y dependerá del proyecto con el que aterricen en Castelló los nuevos inversores, de ahí que ninguno de los dos haya podido cerrar algunas de las operaciones que tenían en marcha, tanto con los candidatos a entrenar al Castellón que tenían en cartera, como con los jugadores a los que pretendían y aquellos que han estado este año también en el equipo y querían renovar, como es el caso del centrocampista colombiano Dani Torres, por ejemplo.
Sin entrenador y con 16 futbolistas
No hay entrenador a un mes vista para iniciar la temporada y, en lo que a la plantilla se refiere, tan solo está claro que se mantiene un bloque de 16 jugadores con contrato en vigor (Álvaro Campos, Yac Diori, Cristian Galas, Edu Luna, Salva Ruiz, Aarón, José Mas, Carles Salvador, Borja Martínez, Bilal Kandoussi, Pablo Hernández, Koné, Jorge Fernández, Koke, David Cubillas y Jeremy de León) aunque alguno de ellos también podría salir en este mercado de verano. Y a estos integrantes del primer equipo habría que sumarle, al menos, diez incorporaciones que son las bajas que se han producido a la conclusión de la temporada, entre los que acababan contrato y los que regresan a sus clubs tras una campaña de cesión.
A todo ello se suma también el hecho de que, a cuatro semanas para retomar los entrenamientos, tampoco se han podido concretar partidos amistosos para que los jugadores vayan adquiriendo forma física y ritmo de competición durante el verano, antes de arrancar la temporada 2022/23. En este sentido, o los nuevos inversores que lleguen al club en los próximos días llegan con todo preparado o el tiempo será un gran handicap para el cuadro orellut.
