Vicente Montesinos negocia la llegada de un nuevo inversor (el argentino Gustavo Ranucci continúa ocupando la pole) pero, con una pretemporada a la vuelta de la esquina (a menos de dos semanas de arrancar), necesita poner en marcha el proyecto deportivo del ejercicio 2022/2023. En ese sentido, lo prioritario es el entrenador, con Aritz López Garai, con quien se reunió recientemente en Benicàssim, ganando enteros, por encima del nulense Sergio Pellicer o el cántabro Pedro Munitis, con los que también ha mantenido conversaciones.
Buena sintonía entre el presidente y su hermano Carlos (miembro de la dirección deportiva) con el técnico de Barakaldo, que estuvo acompañado por su segundo Cristian Bustos y su agente en el encuentro de El Palasiet. El máximo accionista le trasladó que es un entrenador de su agrado, joven (41 años) pero con una dilatada experiencia ya en los banquillos, como lo demuestran sus más de 110 partidos en la categoría de plata (Reus, Numancia, Tenerife y Albacete). Está claro que Montesinos quiere dar un claro golpe de timón para el banquillo, después de que la etapa de Sergi Escobar, un técnico con mucho menos recorrido que el vizcaíno, no acabara de forma muy satisfactoria.
Otro punto a favor, evidentemente, es el pasado albinegro de López Garai. Fue mediocentro titular entre 2007 y 2009, cuando el Castellón de Castellnou2005, después de una agónica salvación en Segunda A, fue asentándose, primero con un quinto puesto y luego con un séptimo; dos ejercicios en los que el vasco disputó más de 70 encuentros, aceptando después la oferta de un Celta por entonces también de plata. No solo eso, ya que Aritz se casó con una castellonense y fijó su residencia, cuando los compromisos futbolísticos se lo permitían, en Benicàssim, de ahí que además de conocer la casa, está perfectamente entero del día a día de los orelluts.
Con todo, López Garai también trasladó a los Montesinos tanto sus impresiones como su idea para hacer del Castellón un equipo capaz de pelear con garantías por los play-off de ascenso. Precisamente, el estado de incertidumbre en torno a la SAD, que no tienen visos de solucionarse al menos hasta la próxima semana, impidieron una mayor profundización.
Porque, claro está, queda por saber quién tomará las riendas del club, quién asumirá las decisiones en materia de entrenador y composición de plantilla, qué futbolistas acabarán quedándose y qué refuerzos acabarán viniendo...
