El Castellón marca prácticamente todos sus goles en la primera parte (cinco de seis) y los encaja casi todos en los segundos tiempos (cuatro sobre cinco). Estadística curiosa que viene a decir que el equipo de la capital de la Plana salta muy enchufado a los partidos, los encarrila, pero tras el descanso llega una especie de desbarajuste defensivo colectivo que permite a los rivales perforar la portería albinegra con demasiada facilidad. Es posible que el cuerpo técnico no lo vea así, y que lo achaque todo a la pura casualidad o a la mala suerte.

Las estadísticas reflejan muchas cosas y vienen bien para darse una idea de cómo está la situación. Si los partidos durasen 46 minutos el Castellón sería líder en solitario (nueve puntos) porque se fue al intermedio con el partido encarrilado, tanto frente al Barça Atlètic (1-2), como frente al Sabadell (2-0) y el pasado domingo contra el Atlético Baleares (0-1). Tras el descanso llegó lo que llegó y se perdieron tres puntos en el Estadio Johan Cruyff y dos en el Municipal de Baleares.

 Efectivo en el arranque

El Castellón arranca bien los partidos, al menos en las primeras partes. De los seis goles marcados por los ‘orelluts’ en estas tres primeras jornadas, cinco los firmó en la primera parte: dos en el campo del Barça Atlètic (Dani Romera y Josep Calavera), otros dos al Sabadell en el Estadio Castalia (Cristian Rodríguez y Raúl Sánchez), y uno en el feudo del Atlético Baleares (Dani Romera).

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Vulnerable tras el descanso

Todo lo contrario que en primer tiempo, en el apartado de goles en contra, esta estadística es totalmente opuesta a los tantos marcados por los castellonenses. La portería de la escuadra albinegra sólo ha encajado un gol de cinco recibidos (Estanis, del filial azulgrana, en el minuto 14). Los otros cuatro se los endosó el rival en las segundas mitades: dos el Barça Atlètic, uno el Sabadell y otro el Atlético Baleares.