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CD CASTELLÓN

La crónica | El Castellón apacigua a los 'cachorros' del Athletic B y progresa adecuadamente (2-0)

Manu Sánchez y Pablo Hernández trasladan al marcador la neta superioridad albinegra

Los jugadores del CD Castellón celebran uno de los dos goles ante el Athletic Club de Bilbao B. GABRIEL UTIEL

El CD Castellón progresa adecuadamente. Es un equipo todavía en proceso de cocción, pero el plato tiene buena pinta y huele bien en esta Primera Federación, capaz de merendarse a un Athletic Club B contestón al principio pero entregado tras el 2-0, que no supuso una seria amenaza ni en los 20 minutos finales, de nuevo con 10 (Óscar Gil fue el expulsado). Manu Sánchez había marcado al cuarto de hora y Pablo Hernández, en el arranque del segundo acto para solventar la visita de un rival que, todo hay que decirlo, está llamado a objetivos muy alejados del de los albinegros.

Relevo en la portería

Después de las declaraciones del viernes, que dejaban el terreno abonado al relevo en la portería, Alfonso Pastor relegaba a Cheikh Kane Sarr a la suplencia. Único cambio en el once de las dos últimas jornadas, a excepción del obligado por la expulsión, en Palma, de Raúl Sánchez: ahí sí sorprendió el técnico extremeño, porque cuando parecía que el elegido saldría entre Fabrício Santos y Jeremy André de León, el titular fue Bilal Kandoussi.

Noventa segundos fue lo que tardó el Castellón en asustar al filial del Athletic, pero el remate al larguero de Dani Romera estaba invalidado por estar excesivamente adelantado. Lo cierto es que son unos cachorros de leones, así que no son fáciles de amedrentar, aunque la primera ocasión clara de la tarde fue más demérito de los locales, en otro error pueril que casi acaba en gol, como siete días atrás, aunque el debutante guardameta le ganó la partida a Edu Ares.

En ventaja desde el minuto 17

Acusaba el Castellón cierta falta de tino en el pase, tal vez por querer resolver por la vía rápida, pero estamos hablando de un equipo intimidatorio, abajo y arriba. Una analogía que sirve para ver el potencial del equipo, pero también el respaldo de lagrada. Y nunca mejor dicho, porque a resultas de un saque de esquina, a los 17 minutos, Manu Sánchez fusilaba a Álex Padilla, después de un primera tentativa.

Respuesta de los bilbaínos

Pero lo dicho. Lezama es una de las mejores canteras de España (esta semana, premiada por la UEFA); y el primer equipo del Athletic, el que más minutos está dando a los jugadores formados en su cantera, en este inicio de temporada, en LaLiga Santander. Así que, a la fuerza, las diferentes hornadas están lo suficientemente preparadas para dar el salto a la élite en cualquier momento (pese a que su once tenía una edad media inferior a los 20 años), así que no acusaron el golpe y Alfonso Pastor tuvo que emplearse fondo de nuevo para conservar la ventaja.

Requería el momento de pausa, sobre todo ahora con el marcador a favor. Los albinegros bajaron de revoluciones, pero el partido aún no estaba del todo bajo control y, además, los locales se estaban cargando de tarjetas, sobre todo el flanco derecho de la zaga. Demasiadas idas y venidas, aunque más contragolpeador el Castellón, aunque las ocasiones escasearon en lo que restaba de primer acto, más allá del remate cruzado de Dani Romera.

Otro descanso por delante

Cuarta jornada y cuarto partido que el Castellón ganaba al descanso. Examen de fútbol, pero también de concentración y de gestión, en los segundos 45 minutos, después de que hubiesen volado cinco puntos que hubieran convertido a los orelluts en líderes en solitario desde el primer momento.

La varita del ‘Mago’

Desde luego, lo primero era recobrar las riendas del encuentro. Pero, mejor aún que eso, marcar el 2-0. Y no se demoró en exceso: a los cuatro minutos, Pablo Hernández enganchó una volea que doblaba la ventaja. Gran definición del Mago y celebración aún más vontundente, con todo el equipo y el banquillo fundidos en un abrazo.

De nuevo con 10

Esta vez, la capacidad de respuesta vasca fue sensiblemente inferior. El propio Pablo y Kialy Abdoul Koné (brillante acción del 10, que no culminó en gol porque el portero y el poste se lo impidieron) pudieron poner el visto para sentencia. Pero lo que llegó, fue un golpe en contra: la segunda amarilla para, a 17 minutos de la conclusión.

No había demasiados agobios, aunque Luis Bilbao tuvo en su cabeza el inquietante 2-1. Contribuyó que Torrecilla había ido blindando al equipo con los cambios. Incluso un tuya-mía entre Koné y Kochorashvili pudo ser el 3-0.

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