En un equipo como el CD Castellón, que aunque centenario es parco en éxitos (una de sus señas de identidad, uno de los rasgos que lo convierten en lo que es), cada ascenso se recuerda muchas décadas después. Y el de junio de 1989, que los que tienen 40 años para arriba han transmitido a las generaciones posteriores (las últimas, con nombres tan sugerentes como millenials o generación Z), más si cabe, al ser el último a Primera División, con un entrenador como Luis García Martínez (el mítico Luiche) y con Pepe Mel (21 goles) como gran referente.
Precisamente, ese binomio provocó que, más de 30 años después, aún se escuche aquello de que «el Castellón ha ganado como el de Luiche, 1-0 con gol de Mel». Porque no hay mejor forma de resumir aquella gesta que de esta forma, un camino que ahora trata de recorrer, a un paso semejante, el equipo a los mandos de Rubén Torrecilla, aunque tal vez sin un artillero tan claro como el madrileño.
Resultados de esta temporada
Después de las más o menos holgadas victorias iniciales (3-1 al Sabadell, el doble 2-0 ante los filiales de Athletic Club y Osasuna, el 4-1 al La Nucía), los albinegros han encadenado cuatro victorias por la mínima. Con un gol, la máxima rentabilidad: el 0-1 en Alcoi, seguido de los 1-0 sobre Amorebieta, Intercity y Real Murcia. Triunfos muy similares los de Castalia, con tantos a la salida de tres saques de esquina: Dani Romera con la colaboración de Manu Sánchez, este último ante los alicantinos y Óscar Gil contra los grana.
Resultados de la temporada 1988/1989
¿Cómo, contra pronóstico, subió a Primera División aquel Castellón, en 1989? Pues con muchos jugadores de casa (Emilio Isierte, Alfredo Monfort, Javi Valls, Raúl Cruselles...) y dos extranjeros importantes (los argentinos Fabián Eduardo Bohnhoff y Luis Mario Cabrera), apoyados por el fútbol de Jordi Vinyals y José Manuel Hurtado, el olfato de Mel...
Desde el punto de vista estadístico, aquel Castellón, campeón de Segunda, subió con 21 victorias en 38 jornadas. Es cierto que al final se soltó (sus tres últimos triunfos fueron 4-1 a la UE Lleida, el 1-5 en Alzira y el 6-0 al Castilla a la semana siguiente de ascender), pero es que 15 de sus triunfos (más del 70%) fueron por la mínima. Y, de ellos, 13 marcando un solo gol: ocho en Castalia (Sabadell, Barcelona Atlètico, Real Burgos, Las Palmas, Recreativo de Huelva, Sestao, Rayo Vallecano y Tenerife) y cinco a domicilio (UD Salamanca, UE Lleida, Mallorca, Figueres y Barcelona Atlético). Además, se impuso al Alzira y al Racing de Santander en Castalia por 2-1 (las otras tres victorias restantes de la temporada fueron un 3-1 y un 0-3 al Mollerussa, junto a un 1-3 en Vallecas).
Volvamos al dicho de «el Castellón ha ganado como el de Luiche, 1-0 con gol de Mel»: el ahora entrenador del Málaga decantó hasta cinco de esos encuentros, además de anotar el decisivo 2-1 en otro.
Un equipo que exprimió bastante sus goles a favor (49), destacando los apenas 29 en contra.
El abismo del tiempo
Complicado comparar a pelo ese Castellón y este por cómo ha cambiado el fútbol (entonces ganar daba dos puntos, podías pasar el balón con los pies a las manos del portero...), aunque con prestaciones y sensaciones similares.
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