CD CASTELLÓN

La opinión de José Luis Lizarraga | La despedida a un castellonero y albinegro de soca: Manolo Godoy

Un enamorado de su tierra, fue miembro del Consejo de administración del CD Castellón, empresario y ejemplar una autoridad en materia económica

Manolo Godoy, a la derecha de la imagen, en su etapa como consejero del CD Castellón, al lado de Héctor Olaria, entonces consejero delegado.

Manolo Godoy, a la derecha de la imagen, en su etapa como consejero del CD Castellón, al lado de Héctor Olaria, entonces consejero delegado. / DAVID CHUMILLAS

La historia del CD Castellón se escribe desde 1922. He vivido épocas felices cuando era un niño y adolescente en Castalia. Hace 31 años que el club no está en Primera División, pero puedo contar que he visto la camiseta albinegra por esos campos de Dios y estoy seguro que la volveré a ver otra vez. Desgraciadamente, también cómo el club bordeaba el precipicio en varias ocasiones. Ha resistido a gestiones nefastas como las de David Cruz y Antonio Blasco, pero siempre ha conservado su nombre y su fecha de fundación. 

En este tiempo también he tenido el privilegio de conocer gente honesta, desinteresada y que amaba al Castellón tanto como a su tierra. Gracias a esta profesión labré amistadas entrañables con mentes privilegiadas como las de Wenley Palacios, Manolo Godoy y Miguel Pastor. Los tres formaron parte de la directiva de Antonio Bonet, un presidente que también dio estabilidad al Castellón. El sábado por la noche estaba tranquilamente en mi casa y un mensaje me llegó al móvil alrededor de las once. Isidoro Gasque me comunicaba la terrible noticia del fallecimiento de Manolo Godoy. Sin duda, una de las personas que más me ha marcado y he conocido. Sólo los albinegros de soca saben de verdad lo que Manolo luchó por salvar al Castellón junto a Ximo Roca. Pero no quiero limitar su figura al mundo del fútbol, porque estoy hablando de un empresario ejemplar y una autoridad en materia económica. Me faltaría espacio para glosar todo lo que era Manolo Godoy, pero con dos palabras creo que lograría condensar y hacer gala de lo que él siempre presumía, ser un castellonero de pro. 

Me quedo con las ganas de esa comida que teníamos pendiente para enero y que por mi culpa se retrasó a febrero. Tengo tantos recuerdos de tertulias inolvidables, sus consejos, prudencia, sabiduría, reflexiones, su visión de futuro... En este mundo de haters anónimos en las redes sociales, de gente que destila negativismo, su lectura agradable, y positiva te llegaba hasta el fondo del corazón. He perdido en la tierra a un amigo incondicional, de cuya amistad he disfrutado y presumido con orgullo, pero lo más grave es que Castelló ha perdido a uno de sus ciudadanos ilustres, una persona maravillosa y con una inteligencia especial. Creo que su figura merecía ayer un minuto de silencio en Castalia. ¡Manolo, no sabes cuánto te voy a echar de menos! Sin quererlo me has roto el corazón de pena, aunque fueron tantas veces las que me lo llenaste de tu energía... Descansa en paz, amigo mío.

Suscríbete para seguir leyendo