Cano, Escobar... Así lo ven sus entrenadores

CD Castellón: Cien veces Carles

El centrocampista castellonense, antaño gran promesa de la cantera, ha alcanzado los cien partidos con la camiseta albinegra después de un largo periplo por el fútbol nacional

Carles presiona a un rival, el pasado domingo en Castalia.

Carles presiona a un rival, el pasado domingo en Castalia. / Gabriel Utiel

Enrique Ballester

Enrique Ballester

"¿Cómo puede ser que este chico no esté jugando ya en el Castellón?" La frase la pronunció una de las mayores leyendas del club, Luis Cela, después de quedar asombrado por lo que había visto en un partido de fútbol base. Lo que había visto Cela era la victoria, por seis goles a siete, de otro equipo de la ciudad, el Sporting de Castelló. Lo que había asombrado a Cela era la exhibición de un niño en la Ciudad Deportiva del Sequiol. Y con razón. Ese niño que impactó a Cela cumplió el domingo cien partidos con el primer equipo del CD Castellón. Era Carles Salvador.

La anécdota la contó Pascual Blasco a Mediterráneo con motivo del ascenso a Segunda del año 2020. Pascual Blasco fue, desde prebenjamín hasta alevín, entrenador de Carles en el Sporting. En la descripción que hace del niño se atisba el adulto que es ahora: "Nunca se quejaba, se portaba siempre bien, no daba ningún problema. Era una maravilla de niño". Y en la descripción que hace del futbolista, también: "La cabeza le iba tan deprisa como los pies".

Carles, en el Juvenil A, contra el Barcelona en el Bovalar.

Carles, en el Juvenil A, contra el Barcelona en el Bovalar. / Mediterráneo

Al Castellón

Por aquel niño que asombró a Cela no tardaron en pugnar los equipos más relevantes de la zona. "Castellón y Villarreal se peleaban por él", contó Pascual. Carles pasó por ambas canteras y a la del Castellón llegó de la mano de Sergi Escobar. "Es un orgullo para mí" --asevera- "lo firmamos para el cadete autonómico". Escobar solo tiene buenas palabras para Carles, con el que quince años después se reencontró en el primer equipo. "Varias veces lo quisimos fichar de vuelta antes, sobre todo el verano del ascenso a Segunda B, pero le quedaba un año de contrato y no se pudo", comenta. "Es una persona extraordinaria y como futbolista no puede ser más profesional. Se toma todos los entrenamientos como si fueran el último. Mantener esa constancia no es nada fácil, por eso ha vivido del fútbol tantos años. Sabe escuchar y aprender, no es una persona muy habladora, pero sí receptiva y reflexiva", desgrana Escobar, actual entrenador del Atlético Saguntino.

Trayectoria

En el fútbol base orellut, Carles no tardó en destacar. Siendo juvenil de primer año brilló en División de Honor, debutó en el filial y llegó a entrenar en Castalia con el primer equipo. Al finalizar esa temporada se marchó a la cantera del Valencia, donde el filial fue su tope. En la antigua Segunda División B sumó casi 300 encuentros repartidos entre el Mestalla, el Olímpic, el Alcoyano, el Logroñés y el propio Castellón, donde regresó en 2019.

En el juvenil A del Castellón, dos años más joven que el resto.

En el juvenil A del Castellón, segundo por la derecha en la fila superior, dos años más joven que el resto. / Mediterráneo

El entrenador albinegro era entonces Óscar Cano. Nadie tenía que explicarle quién era Carles Salvador, porque lo había entrenado ya en el Alcoyano. "Fue el primer jugador que pedí en el Castellón a la dirección deportiva", recuerda Cano, que ahora dirige al Deportivo de la Coruña. "Carles es el orden en sí mismo. Tiene un don: el de estar siempre en el lugar oportuno y en el momento adecuado, y esa capacidad es, precisamente, la que distingue a los centrocampistas mediocres de los buenos", explica. 

Con Calavera, en uno de sus primeros partidos en el primer equipo, en 2019.

Con Calavera, en uno de sus primeros partidos en el primer equipo, en 2019. / Mediterráneo

"Siempre juega como vive, con discreción, sin aspavientos, sin adornos. Todo lo que hace protege el bien común", añade Óscar Cano sobre su pupilo, clave en la evolución del equipo que logró el último ascenso a Segunda, en 2020, después de haber sufrido para evitar el descenso en la anterior campaña. Como Escobar, Cano destaca el "carácter introvertido" del futbolista fuera de los terrenos de juego. "El primer año que lo entrené, en Alcoy, le dije a Elías (Martí, su ayudante) que no sabía el tono de voz de Carles, ¡y habían pasado cinco meses de temporada!"

Carles Salvador, junto al entrenador Albert Rudé, en Castalia.

Carles Salvador, junto al entrenador Albert Rudé, en Castalia. / Gabriel Utiel

Unos y otros coinciden que Carles, que en septiembre cumplió 32 años y tiene contrato hasta 2025, es un líder de los que predica con el ejemplo, y no con la palabra. En su partido número 100 saltó al campo en el minuto 87. En toda la temporada apenas suma 300 minutos. En el último mes y medio solo había jugado cinco. No importó, es Carles: trabaja y trabaja sin un mal gesto y ni una mala cara. Siempre suma: ya en el descuento cortó un avance del rival junto al banquillo, abortando la posibilidad de contra, abrochando la victoria, ganándose la felicitación del entrenador Rudé y recibiendo el aplauso de la grada. "Todo lo que hace protege el bien común", era la definición de Cano.