Primera RFEF

CD Castellón | El Numancia, según Octavio

El exfutbolista castellonense repasa su trayectoria en Soria y analiza el duelo del domingo con el Castellón

Octavio, con el Almazora, entonces filial del CD Castellón.

Octavio, con el Almazora, entonces filial del CD Castellón. / Archivo Mediterráneo

Enrique Ballester

Enrique Ballester

Octavio Viñals es a buen seguro uno de los futbolistas castellonenses con mejor carrera en el fútbol profesional y, paradójicamente, apenas jugó en los equipos de su tierra. Fue en Soria, en el Numancia, donde arraigó y se convirtió en una auténtica leyenda. Nadie como él para analizar el partido que le espera el domingo en el campo de Los Pajaritos al Castellón, que tratará de revertir la desastrosa dinámica de resultados fuera de casa.

Octavio nació en Castelló en 1970 y se formó en la cantera albinegra, destacando por su capacidad goleadora. Como delantero debutó con el Castellón en Primera: un partido en la temporada 1989/90 y cuatro (uno de ellos de Copa) en la 1990/91, mientras alternaba presencia con el Almazora, entonces filial en Tercera. Tras una breve cesión en el Alzira, Octavio recaló en el Numancia, donde se recicló con éxito como lateral y carrilero. El cuadro rojillo ha sido el club de su vida: acumuló más de 400 partidos oficiales y ascendió de Segunda B a Primera.

Octavio, en el Almazora.

Octavio, en el Almazora. / Archivo Mediterráneo

El rival

En Soria lleva viviendo más de tres décadas, por lo que sigue al equipo de cerca. El paisaje que dibuja de cara al Numancia-Castellón del domingo difiere del que sufrió el conjunto de Albert Rudé en su última salida al campo del Amorebieta. «El Numancia es un equipo que le gusta jugar el balón --explica Octavio a Mediterráneo-, y tanto en el centro del campo como en las bandas tiene jugadores técnicos». Eso sí, de entrada, considera que «no se va a exponer en exceso». «Es también un equipo bien armado defensivamente que intentará no conceder y aprovechar al máximo sus ocasiones».

Es lo que no hizo el Numancia en la pasada jornada, cuando cayó derrotado (3-0) ante la Real Sociedad B, otro equipo de la zona alta de la tabla. «Pese al resultado, tuvo ocasiones para adelantarse en la primera mitad, algo que en esta categoría suele ser determinante», matiza Octavio. 

El Numancia es actualmente noveno, a cinco puntos de los puestos de play-off de ascenso. «Espero que los dos puedan cumplir sus objetivos, porque están a tiempo. El Castellón, de ser primero, y el Numancia de meterse en el play-off. Está teniendo una temporada irregular y parece que no se acaba de enganchar, pero tiene potencial», añade. En sus filas militan dos futbolistas exalbinegros: Jesús Carrillo y Mario Barco.

Octavio, en una entrevista a 'Mediterráneo'.

Octavio, en una entrevista a 'Mediterráneo'. / Archivo Mediterráneo

Octavio sigue la actualidad del Castellón a distancia. «Por masa social es un club que claramente debe estar en Segunda, pero eso luego hay que demostrarlo en el campo», apunta. «Yo del Castellón tengo muy buenos recuerdos, los de un chaval de la cantera que consigue llegar al primer equipo y debutar en Primera. Luego tuve que salir, pero todo lo que logré en el fútbol fue gracias al aprendizaje que tuve allí», desgrana. Pese a asentarse en Soria, donde en la actualidad trabaja como representante de ropa deportiva, Octavio visita Castelló con frecuencia. «Me acerco siempre que puedo y a menudo todavía quedo con excompañeros», relata.

El regreso

El periplo de Octavio en el Numancia, además de los variados ascensos, dejó la inolvidable aventura en la Copa del Rey en la temporada 1995/96, cuando alcanzó los cuartos de final y plantó cara al FC Barcelona. «Todavía la gente me lo recuerda allá donde vaya», dice. En Castellón podría ser aún más popular, pero nunca fructificó su regreso. «La verdad es que jamás me llegó una propuesta a través de nadie, en ninguna categoría y en ningún momento. Me hubiese gustado por lo menos haberlo podido valorar», confiesa.

Sea como fuere, en el Numancia no le fue nada mal. «Aquí (en Soria) soy muy conocido». Octavio se retiró en 2004 con honores de leyenda y se le homenajeó en un amistoso contra el Athletic Club de Bilbao. A Castelló solo regresó para jugar un amistoso de pretemporada en el año 2000. Como si de un guiño del destino se tratara, con un gol del propio Octavio ganó 0-1 el Numancia. 

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