Primera RFEF

CD Castellón | La intrahistoria de los carteles de Iván Catalán

Es uno de los secretos de este nuevo CD Castellón: Socio desde que nació, llegó al club en prácticas en el 2021 y con sus diseños ha cambiado la imagen de la entidad, combinando historia y emoción

Enrique Ballester

Enrique Ballester

Al día siguiente de nacer, su padre le sacó el carnet. Tiene 23 años y su número de abonado (513) luce en su biografía como medalla al honor. Iván Catalán Almela ha crecido de la mano del Club Deportivo Castellón, primero desde fuera, como hincha fiel, y a partir de enero del 2021 desde el interior del club. Iván Catalán es hoy el principal responsable de la nueva y aplaudida imagen de la entidad. «Especialista de marca» es el nombre de su cargo oficial.

Sus carteles en las previas de los partidos acumulan devotos en las redes sociales y son casi religión entre la afición, que se ve identificada por los diseños de este joven de Castelló, que combina con acierto en sus creaciones historia y emoción. «En realidad mis carteles desde el punto de vista técnico no son ninguna maravilla, están bien y ya está, pero la clave, para mí, es que son emotivos: saben apelar al sentimiento de la afición, al recuerdo y a la memoria del Castellón», explica a Mediterráneo Iván Catalán.  

Experiencia y formación

Saber tocar la fibra sensible es el vehículo para conectar distintas generaciones de aficionados. Hay algo de paradoja en que un chaval nacido en el año 1999 pueda emocionar a hinchas que podrían ser sus abuelas o sus padres. Por un lado le avala la experiencia: desde niño ha vivido lo que es Castalia. Por otro, la formación. «Es algo que debo a haber estudiado Publicidad. Aprendí que al final el sentimiento prevalece sobre la razón, y en el fútbol más. Es un tópico pero es verdad y lo tengo muy presente siempre», indica. «Al final el Castellón es sobre todo historia, porque los años recientes no han sido los mejores», añade Catalán, también responsable de la imagen de la última campaña de abonos. 

«Opté por seguir por la línea vintage, adecuada para el Centenario. Con el cambio de propiedad en julio no sabíamos muy bien si íbamos a tener o no continuidad, pero por si acaso lo teníamos todo pensado con anterioridad», revela. 

Iván Catalán, en las escaleras que dan acceso al túnel de vestuarios del estadio Castalia.

Iván Catalán, en las escaleras que dan acceso al túnel de vestuarios del estadio Castalia. / Marc Guidotti / CD Castellón

Catalán estudió Publicidad y Relaciones Públicas y Comunicación Audiovisual en la Universitat Jaume I y ha realizado también diferentes cursos sobre marketing, diseño e ilustración. Al Castellón llegó para realizar las prácticas en el departamento de comunicación, pero enseguida propuso ayudar en lo que más le gusta, como diseñador. «El primer cartel que me dejaron hacer fue para el Día del Padre de 2021 y por suerte tuvo muy buena acogida y ya me dejaron ir haciendo más», comenta. Se le dio la oportunidad de continuar la siguiente temporada porque, además, su conocimiento sobre la sensibilidad de la afición albinegra y el argot del lenguaje propio de internet consiguió rebajar las críticas en las siempre complejas redes sociales, donde ejerció durante un tiempo como community manager, mejorando la interacción con los seguidores y suavizando hostilidades. Lo hizo de la mano de Marc Guidotti, que es el responsable de comunicación y «mi verdadero pilar dentro del club». 

Desde hace unos meses, Iván Catalán ya no pertenece únicamente al departamento de comunicación, sino que ejerce de sustento gráfico para el resto de departamentos en la estructura interna diseñada por el presidente Haralabos Voulgaris, la del nuevo Castellón.

Creatividad

En su trabajo con los carteles, Catalán valora la «libertad creativa» que se le concede, y lamenta la falta de material histórico en la entidad. «El archivo histórico del club es malo, la verdad, no tenemos imágenes de casi nada. Es una pena porque podríamos hacer muchas más cosas», asevera. «Hay carteles, por ello, que requieren de mucho tiempo y tienen mucha dificultad. Para un partido contra el Logroñés hice uno a partir de una foto de Basilio, de una muy mala calidad, mejorándola, retocándola, coloreándola... Es complicado, aunque luego también es satisfactorio: la gente no ha visto a Basilio o el campo de Sequiol en buena calidad o en color, les llama la atención, lo valoran y es algo que agradezco un montón». 

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