Albert Rudé, en manos de Haralabos Voulgaris

El entrenador del conjunto albinegro desliza la posibilidad de no seguir al frente del equipo en las seis jornadas que restan hasta el final

Albert Rudé, en manos de Haralabos Voulgaris

Albert Rudé, en manos de Haralabos Voulgaris / MEDITERRÁNEO

Albert Rudé no es ajeno al hecho de que todas las miradas, y las responsabilidades, están depositadas a día de hoy en su figura como entrenador del CD Castellón tras los últimos resultados cosechados ante dos rivales de la zona baja de la clasificación -el Calahorra y el Sabadell-y la pobre imagen ofrecida por sus jugadores. La destitución del técnico queda pendiente de la decisión de Haralabos Voulgaris, puesto que a estas alturas de la temporada, que es cuando más confianza debería tener el plantel para afrontar el tramo final en perfectas garantías y asegurar su participación en el play-off de ascenso, el cuadro orellut no anda nada fino y, ya no solo ve alejarse el ascenso directo a Segunda División, sino que además ha perdido fuelle en la clasificación, pasando de la segunda a la cuarta plaza en apenas una semana en detrimento del Amorebieta y el Barça Atlètic -su rival del próximo sábado en Castalia (19.30 horas)--.

La clasificación

Los puestos de privilegio de la clasificación del grupo 2 se han apretado en demasía y otro tropiezo más podría dar con el Castellón fuera de ellos, lo que supondría un palo muy gordo para la entidad que preside Bob Voulgaris, cuyos esfuerzos han ido desde su llegada en la línea de regresar al fútbol profesional lo antes posible. En este sentido, y tras los últimos acontecimientos, la continuidad del técnico catalán al frente del primer equipo parece pender de un hilo pese a que fue el empresario greco-canadiense el que ratificó a Rudé en su cargo a través de las redes sociales tras la derrota frente al Calahorra en Castalia, justificando su decisión con una estadística en la que presentaba una mejor media de victorias que sus predecesores Torrecilla y Jim.

Lo que dijo en la Nova Creu Alta

Eso fue hace una semana pero este domingo, tras encajar una nueva derrota ante un equipo que pelea por lograr la permanencia y que le acabó dando otro baño de realidad a los albinegros, Rudé no ocultó su preocupación y, por primera vez desde su llegada, deslizó la posibilidad de no seguir al frente en las seis jornadas que restan. «Yo, hasta el día que me dejen, seguiré trabajando a muerte por el objetivo de este club, por la ilusión de toda una ciudad… Seguiré trabajando a muerte hasta que me dejen -repitió el técnico catalán--, comprometido con el equipo, y el equipo también está comprometido al cien por ciento para revertir esta situación. Tenemos una nueva oportunidad la semana que viene y seguiremos trabajando», reconoció en su rueda de prensa a la conclusión del Sabadell-Castellón en la Nova Creu Alta.

En picado

El cuadro arlequinado sacó los colores a un equipo que apenas generó peligro y que evidenció no saber en muchos momentos a lo que jugaba, sin saber salir de la espiral negativa en la que ha entrado: «La lectura de este partido es totalmente negativa. Veníamos de un resultado negativo en casa (la derrota contra el Calahorra) y queríamos poner las pilas para salir de esta dinámica y hoy (ayer para el lector) era el día, pero salimos con un resultado muy doloroso. Nos encontramos un penalti y una falta que nos condicionan el partido totalmente a nivel de juego y no hemos sido capaces de revertir la situación».