A lo grande. Si había un escenario, un rival y un contexto en el que el CD Castellón podía enviar un mensaje con un triunfo clarificador, ese era el Colombino, donde acabó con una racha de 48 años sin ganar con un 0-3 que, incluso, se quedó corto. El Castellón se acuesta más líder, tras el pinchazo del Ibiza (con un encuentro pendiente) y a expensas de lo que hace el Ceuta en su visita matinal de este domingo al Atlético Baleares.
Dick Schreuder, una jornada más, retocó lo mínimo. Sergio Moyita, con su estreno en la segunda mitad de Antequera, se ganó la titularidad en el lugar de Israel Suero, pero el neerlandés sorprendió con el recambio para Alberto Jiménez. De nuevo oportunidad desde el inicio para Dani Villahermosa, aunque lo más sorprendente fue que, con Salva Ruiz cerrando en la línea de tres, el carril izquierdo era para Raúl Sánchez.
Inicio soso
El arranque del encuentro más bien soso e, incluso, con el balón transitando, aunque lejos de Gonzalo Crettaz, más en el campo albinegro. Aún bajo de revoluciones, el Castellón fue el primero en amenazar el 0-0, capitaneado por el majestuoso Haris Medunjanin, que lo intentó desde el semicírculo. Rubén Gálvez se esforzó al cabezazo de Manu Sánchez y también al latigazo del bosnio, que rozó la opción más clara, aunque no pudo ponerle el lazo al regalo de la retaguardia albiazul y su disparo no encontró los tres palos, ya con el guardameta vencido.
Con todo, defendiendo prácticamente en el centro del campo, los centrales quedan demasiado expuestos y casi sin poder de reacción. Óscar Gil, que cargaba ya con una amarilla desde el minuto siete, persiguió a un Caye Quintana a quien se le bajó la persiana cuando el felino Crettaz le impidió su camino hacia el 1-0.
Los peores momentos
La acción hizo virar la veleta y el Castellón acabó encerrado. El argentino se tuvo que quitar de esquina un disparo lejano y mordido de David del Pozo que, entre un mar de piernas, le puso en un brete.
Bienvenidos al espectáculo
El Castellón tuvo una mejor entrada al partido tras el descanso que al principio y fue incrementando esa nueva estadística de goles esperados con la doble oportunidad que forjó Dani Villahermosa (Medunjanin se entretuvo y el barcelonés tampoco fue capaz de dirigir el balón hacia los palos). Ahora era el Decano el que tenía el agua al cuello, cada vez más agobiado y achicando balones. Era una cuestión de tiempo el 0-1, rubricado en una acción rocambolesca: Jesús de Miguel asistió de cabeza a Raúl Sánchez quien de nuevo arriesgando el físico (como le sucedió frente al Málaga), rematando con la testa igualmente y con el alma, superando a Rubén Gálvez a escasos segundos de llegar a la hora de encuentro. Por cierto, el conjunto de Abel Gómez había acumulado, hasta entonces, más de 350 minutos sin encajar.
Pasando el rodillo
La respuesta del Recre fue intimidatoria, cargando el ataque, aunque fugaz. Un balón que se paseó por todo el área pequeña, una salida made in Crettaz seguida de una buena parada... Pero mejor todavía fue la réplica del Castellón, con una acción trenzada en la que Moyita asistió a un DeMi quien, siete minutos después del 0-1, prácticamente aseguraba los tres puntos.
La sensación era que, efectivamente, los tres puntos y el liderato ya estaban asegurados. Pero quedó todo totalmente confirmado con el 0-3. Medunjanin, en una jugada muy similar a la que no había acertado en el primer tiempo, esta vez sí aprovechó el obsequio de los locales para sortear al guardamente albiazul y poner el ¡0-3! Sí, en el Nuevo Colombino, en una ciudad en la que no ganaba desde hacía 48 años contra un rival que, aun siendo un recién ascendido, continúa siendo el Recreativo.
Y aún pudo caer el cuarto
Cuando este Castellón juega, no hay minutos de la basura, ni siquiera con tamaña ventaja. Schreuder no se conformó y, además de hacer debutar a Julio Gracia, se permitió el lujo de sacar a otros dos futbolistas de un cariz tan ofensivo como Jozhua Vertoud y Jeremy de León. A Raúl Sánchez, de nuevo con un aparatoso vendaje, le faltaba vuelo en su vaselina para el 0-4 y al portorriqueño le hicieron un penalti tan grande como las cercanas minas de Río Tinto.