La crónica | El Castellón sabe jugar y sabe sufrir para ganar al Sanluqueño y seguir en el coliderato (0-2)

Disfrutó durante el primer tiempo, con un delicioso tramo de fútbol champán y botín escaso, y supo sufrir después en el segundo, con la expulsión de Óscar Gil y un final incierto. El Castellón sembró inquietud hasta que un gol en propia puerta de Cortijo en el minuto 95 se unió al inicial de Jesús de Miguel para abrochar la victoria sobre el Atlético Sanluqueño. El 0-2 definitivo protege la primera plaza del triunfo del Ibiza y asegura el coliderato, una semana más, para los albinegros. 

Con el equipo de Dick Schreuder ocurre que a veces es tan superior que es difícil conformarse. Hoy, de hecho, el Castellón se marchó al descanso ganando, pero dejó a todos los demás (y quizá a ellos) pensando en las ocasiones falladas. Hasta nueve oportunidades claras amasó en la primera parte. Solo marcó una.

El 0-1

Fue una de las iniciales. En un arranque solvente, el Castellón templó el brío inicial de los locales con un par de posesiones largas y castigó el primer error del rival. El portero Samu Pérez pifió un golpeo en largo y la pelota cayó a pies de Iago, que activó enseguida la transición tocando para Suero (titular por el tocado Medunjanin). La maniobra terminó en córner porque Samu repelió el tiro de Jesús de Miguel, que no esquinó el remate lo suficiente.

Era el minuto 7: Moyita botó el córner en corto y enroscó la devolución al segundo palo. Óscar Gil metió la pelota al meollo y De Miguel remachó a la red el regalo.

Con el 0-1, el Sanluqueño se revolvió y puso a prueba el once del Castellón, que presentaba sustanciales cambios en el centro del campo. Con Julio Gracia y Cristian ausentes por enfermedad, la banda derecha fue para Villahermosa y Óscar Gil y Iago Indias escoltaron a Moyita en el eje. El equipo local percutió a la zaga con balones largos, casi siempre buscando las situaciones de uno contra uno o la espalda de los carrileros, y acumuló una serie de llegadas al área (córners, faltas, centros, saques de banda). El fuego se apagó, de nuevo, cuando el Castellón utilizó la pelota a modo de manguera.

El dominio

El fuego se apagó cuando Moyita se adueñó del juego. A su alrededor, el Castellón arraigó dominando el terreno y recuperando rápido tras pérdida. Las ocasiones caían como caen las gotas por las ventanas, cuando llueve: porque nadie puede hacer nada para que así no sea.

En jugadas colectivas o tras robos altos, por bajo o por alto, el Castellón generó las ocasiones suficientes para sentenciar el partido antes del descanso. De Miguel tuvo tres a bocajarro y se las sacó el portero; Suero envió otra alta; Raúl Sánchez topó con el lateral de la red desde cerca; y Iago Indias cabeceó a las manos del meta en posición franca. Cuando el árbitro pitó el final del primer tiempo, de lo que decía el juego a lo que reflejaba el marcador había kilómetros de distancia. 

Pero ya se sabe que el marcador es lo que determina el final feliz de la historia. 

El segundo acto

Los tópicos se llaman así porque a menudo terminan pasando. El segundo tiempo avanzó con un presentimiento: quien perdona la paga. El control del Castellón duró esta vez poco. La entrada de Mwepu reforzó la ofensiva del Sanluqueño y el dominio cambió de bando. Gonzalo Crettaz hubo de intervenir en un par de llegadas ajenas y Schreuder trató de frenar la dinámica dando carrete a los tocados (Salva, Medunjanin y Calavera). Cuando parecía que lo había logrado, Óscar Gil vio la segunda amarilla en un salto, por sacar a paseo el brazo.

Entonces, el fútbol nos recordó que no hay quien lo entienda. A menudo el juego va por un camino y los goles por otro. Como en la primera parte, pero a la inversa: en el minuto 95, Salva conectó con De Miguel en el área y el centro de éste se lo marcó Cortijo en propia puerta.

Así lo hemos contado en el directo de Mediterráneo

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