Segunda División

CD Castellón | La ‘vieja guardia’ de Schreuder arrima el hombro

La aportación de Salva Ruiz y Josep Calavera crece en valor una vez superados los problemas físicos

Salva Ruiz, uno de los capitanes del equipo ‘orellut’, durante el partido contra el Granada en el SkyFi Castalia.

Salva Ruiz, uno de los capitanes del equipo ‘orellut’, durante el partido contra el Granada en el SkyFi Castalia. / Erik Pradas

Enrique Ballester

Enrique Ballester

Dick Schreuder mostró la temporada pasada una extraña habilidad. El entrenador del CD Castellón se las ingenió para que prácticamente todos los jugadores de la plantilla tuvieran su momento durante la temporada. Esa virtud para mantener a todos en modo alerta está evidenciándose de nuevo esta campaña, en Segunda División. Los últimos en sumarse a la causa son Salva Ruiz y Josep Calavera. La aportación de ambos está creciendo en valor una vez superados sus respectivos problemas físicos.

Los dos fueron piezas capitales en el proceso de implantación del estilo de juego de Schreuder, en Primera RFEF. Pocos futbolistas interpretaron mejor la filosofía del técnico neerlandés. Calavera conservó su capacidad para asociarse y mover la pelota, y se esforzó para añadir a su juego los registros que la nueva idea requería. Fue más vertical, condujo más y pisó área con mayor frecuencia. 

Este año, lastrado físicamente durante casi toda la pretemporada, tuvo que esperar turno. Protagonizó una aportación significativa en El Molinón, contra el Sporting: el equipo no olía el balón y tomó oxígeno con su entrada. La tendencia se confirmó con su buen partido en La Romareda.

Alta estima

La ausencia de Salva Ruiz fue todavía más prolongada. Schreuder, tal y como ha apuntado en numerosas ruedas de prensa en ambas temporadas, lo tiene en la más alta estima. En la pasada arrancó actuando como carrilero, pero pronto se reveló como la opción idónea para ser central izquierdo.

En La Romareda, contra el Zaragoza, salió desde el banquillo en una situación complicada. Sustituyó al tarjeteado Jetro Willems, que estaba sufriendo de lo lindo frente al bullicioso Liso. Salva Ruiz resolvió los problemas a su manera: como si no estuviera. Abotonó su costado y le dio un plus al equipo en la salida, seguro con el balón, siempre correcto y sereno.  

Salva Ruiz, que en mayo cumplió 29 años, confirmó una vez más una verdad arraigada en el imaginario del fútbol valenciano. Solo las lesiones lo han apartado de la élite. Internacional sub-19 y sub-20 por España, al canterano del Valencia no se le olvidó jugar pese a sufrir varios años casi en blanco. En el Castellón, esta temporada, lleva picoteando minutos desde mediados de octubre, después de seis meses de ausencia.

«Cada vez me estoy sintiendo mejor. Es lógico que después de tanto tiempo cueste un poco, pero es un proceso normal», apuntó Salva tras la victoria en Zaragoza. El zaguero, además, valoró la reacción del equipo en las últimas semanas: «Después de Gijón, donde hicimos cosas que no solemos, hemos vuelto a ser un equipo con nuestras señas de identidad. Esta es la senda a seguir».  

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