Segunda División

Israel Suero: El diamante que encontró el Castellón en el barro de Alemania

El madrileño está brillando con Schreuder después de ser descubierto por el radar de Voulgaris | Ha debutado en Segunda con 30 años | Marca un gol cada 88 minutos

Schreuder da instrucciones a Suero y Cala.

Schreuder da instrucciones a Suero y Cala. / Erik Pradas

Enrique Ballester

Enrique Ballester

El tercer fin de semana de octubre, un grupo de amigos del Getafe decidió aprovechar su visita dominical a La Cerámica para acudir el sábado al SkyFi Castalia. Tras el Castellón-Levante, dos de esos seguidores del Getafe lanzaron al aire una cuestión, en la noche castellonense: «¿Quién es el 4? El 4 es muy bueno». Lo que no sabían es que tuvieron al 4 muy cerca durante mucho tiempo. El 4 era y es Israel Suero. Madrileño, como ellos.

También arquearon una ceja al conocer su edad: 30 años. ¿Dónde se había escondido ese diablillo zurdo que no paraba de correr y de generar? El caso de Israel Suero en el Castellón florece como un símbolo de la política deportiva del club. El radar del presidente Haralabos Voulgaris lo detectó en el barro del infrafútbol alemán, y el método del entrenador Dick Schreuder lo ha pulido para elevarlo a un nivel diferencial.

El fichaje

El Castellón fichó a Isra Suero en enero del 2023, durante el mercado invernal. Tenía 28 años y muy lejos quedaba su paso por la cantera del Real Madrid. También las cortas estancias en el Majadahonda y el filial del Rayo Vallecano. Suero estaba fuera de onda, en Alemania desde 2017, y empezando desde lo más bajo.

Jugó en equipos como el Eintracht Stadtallendorf y el SV 07 Elversberg, primero en la cuarta división alemana y después en la tercera. Jugó bien. «Isra ha tenido un rendimiento sobresaliente en los últimos años y lo apreciamos, pero se dirigió a nosotros con el deseo de mudarse a su país», aseguró Ole Book, director deportivo del conjunto alemán, para explicar la salida ante su hinchada. 

Celebración de uno de los dos goles de Suero en el Castellón-Granada.

Celebración de uno de los dos goles de Suero en el Castellón-Granada. / Erik Pradas

Suero consiguió el permiso y aterrizó en España. Tuvo poco peso en su primera media temporada, con Albert Rudé al mando. Sin embargo, Voulgaris lo defendió llamativamente en la rueda de prensa final de aquella campaña y Suero tuvo una segunda oportunidad, ya con Schreuder en la Plana.

El resurgir

En la 2023/24, en Primera RFEF, Suero mejoró. Perdió la titularidad inicial, pero algo hizo clic mediada la temporada. Desde el club destacan que aceptó el reto de Schreuder, a nivel de disciplina y de físico. Lo otro lo traía de serie. Aprovechó las oportunidades en la Copa del Rey (Cacereño y Real Oviedo), y ganó galones al romper la maldición de los penaltis en una victoria clave, contra el Recre. Solo las lesiones frenaron su progreso. Aún así, terminó la temporada con seis goles y algo más importante, fuera y dentro: el respeto.

Este curso, por fin, debutó en Segunda División. Ha seguido una trayectoria similar a la de Álex Calatrava, otro zurdo que no quería nadie. Se consolidó primero como revulsivo y ha tirado la puerta del once a base de creatividad, esfuerzo y goles. Lleva cinco, el último el de la victoria sobre el Real Zaragoza. Un poco de Suero es mucho: marca un gol cada 88 minutos.

Precisamente en Zaragoza no fue titular por precaución. El staff tiene presentes las lesiones del año pasado, tal y como explicó Schreuder en una rueda de prensa. El objetivo es disfrutar de Suero y protegerlo al mismo tiempo. La exigencia del estilo albinegro (nadie en la Liga corre tanto ni a tan alta intensidad) así lo requiere. 

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