Brian Kibambe Cipenga nació hace 26 años en la República Democrática del Congo y cumplirá 27 en marzo. El extremo albinegro emigró muy joven a Portugal, donde se formó como futbolista. Primero lo hizo en las categorías de promesas del Boavista y después en una serie de clubs de rango inferior. Compitió en ligas menores hasta alcanzar la Segunda División con 25 años. Tras jugar el curso pasado en el Paços de Ferreira, el radar del CD Castellón se fijó en sus cualidades y lo incorporó durante el verano.
Jugó asiduamente en pretemporada, pero empezó el campeonato, pasaban las jornadas y el congoleño no debutaba. El 'por qué no juega Cipenga' saltó de la grada a las ruedas de prensa, donde Dick Schreuder, el entrenador albinegro, contestaba. Cipenga, un proyecto a largo plazo, no jugaba porque el cuerpo técnico consideraba que no estaba todavía preparado para la exigencia de la Segunda División española, y exponerlo en esas condiciones conllevaba un riesgo demasiado elevado. Así cabe reseñarlo ahora, días después de que el futbolista saliera aclamado del SkyFi Castalia. Si hubiera jugado antes de tiempo, corrían el riesgo de quemarlo.
Un plan personalizado
Cada futbolista del Castellón tiene un plan individualizado. Realiza reuniones periódicas con los miembros del staff para analizar su rendimiento al detalle a través de los datos. Para ello se graba todo lo que se puede grabar y se mide todo lo que se puede medir en los partidos y en los entrenamientos. Incluso, el futbolista lleva en el teléfono móvil una aplicación en la que puede repasar vídeos de sus actuaciones y recordar sus objetivos individuales tantas veces como sea necesario. Obviamente, luego está el trabajo de campo, la rutina de la vida del jugador y la importancia de la gestión del grupo donde Schreuder ya ha demostrado, en temporada y media, su capacidad para mejorar y pulir a futbolistas con un potencial determinado.
De hecho, el caso de Cipenga evoca a otro futbolista de la pasada campaña: Mamadou Traoré. Llegó a préstamo por el Union Saint-Gilloise y no tuvo protagonismo hasta estas mismas fechas, con una memorable noche copera contra el Real Oviedo. Como Cipenga, se fue adaptando poco a poco a lo que Schreuder pide en esa posición del flanco izquierdo, más allá del desborde notorio. Traoré creció tanto que se adueñó de la banda durante el mes de marzo hasta que las lesiones lo sacaron de foco.
La evolución de Cipenga
En esta ocasión, al aprendizaje de Cipenga (desde el club subrayan que nunca perdió interés y siempre se esforzó por aprender) se unió el sobresaliente rendimiento de Raúl Sánchez en el carril izquierdo. Con la posición cubierta, el cuerpo técnico se pudo permitir un cierto margen de maniobra. Cipenga debutó contra el Águilas en Copa, antes de asomar como suplente en Liga a finales de noviembre contra el Racing de Ferrol. Saltó a la titularidad contra el Málaga y superó un inicio titubeante, plagado de pérdidas y malas decisiones, para enderezar su partido, salvar la jornada y seguir sumando. Después de repetir en Copa contra la Ponferradina, Schreuder le dio otra vez su lugar en el once contra el Cartagena en un partido que evidenció cómo se trabaja en el Castellón. Un equipo plagado de no habituales jugó de memoria y arrasó al rival. Cipenga estiró la lona, martirizó a sus pares y electrificó Castalia. Marcó un gol y participó en otros dos. Dio una voltereta en el aire y bailó con su colega Kenneth Mamah. Tiene flow y lo adora la grada.
La tarde feliz en el SkyFi Castalia no debe ser un final sino un principio para la historia de Cipenga en España. Por si alguien dudaba, lo recordó Schreuder en sala de prensa: "Sé que es el tipo de jugador que gusta a mucha gente, y estoy feliz por el partido que ha hecho, pero todavía tiene que mejorar en muchas cosas y seguimos trabajando en ello".