CD Castellón | Camara: dos goles y unas cuantas lágrimas

El domingo, en el Ciutat de València, el CD Castellón perdió un partido pero ganó, probablemente, a un futbolista. Titular inesperado, Ousmane Camara brilló con sus dos primeros goles en el campeonato. Tras el segundo, y mientras celebraba junto al córner, rompió a llorar. Existen motivos de sobra para explicar la emoción del guineano.

Nada en la vida de Camara ha resultado sencillo. «Tiene hambre de éxito y una mente muy, muy fuerte, por encima de la media, sin duda ligada a su historia de vida», afirmaba en su día Bernard David, uno de los directores de la cantera del Auxerre, donde Camara recaló tras una odisea, y una especie de padre deportivo del futbolista. 

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Este verano, Camara llegó al Castellón como una de las apuestas de peso del club. Internacional absoluto con Guinea Conakry, firmó por cinco temporadas. Su aportación en la primera se ha visto condicionada por su salud.

La adaptación

Para empezar, el atacante llegó lesionado. La ausencia de minutos pudo influir en sus problemas de adaptación. Sin jugar, y con el muro del idioma, los primeros meses de Camara en el Castellón fueron complicados. El futbolista se refugió en un pequeño grupo de afines en el vestuario, formado por jugadores como Brian Cipenga o Albert Lottin. Ambos coinciden en destacar el potencial «atlético» de Camara, aún por descubrir del todo por la ausencia de continuidad.

«Estuvimos junto a él esos meses (de la lesión) y fue difícil para Ousmane», explican Cipenga y Lottin. En noviembre, Camara cumplió 23 años. En diciembre, debutó. Lo hizo justo antes de Navidad, en la última jornada del 2024, en la derrota ante el Elche en el SkyFi Castalia.

Desde entonces, el delantero del Castellón acumula algo menos de 300 minutos repartidos en siete encuentros y apenas tres titularidades. En la última, exhibió explosividad en corto para llegar al primer palo antes que nadie y marcar dos goles al Levante. «Tiene potencial para ser un buen delantero a un nivel alto», apunta Lottin. De momento, puede ser uno de los argumentos albinegros en la pelea por la permanencia.

Miseria y palizas en prisión

«Es divertido y un poco alocado», cuenta Cipenga sobre Camara, cuando se le pregunta por su carácter, que también es fuerte. La personalidad del atacante orellut hay que analizarla, como indicaba Bernard David, en sus orígenes, de una dureza impactante: cruzó el desierto con 15 años, fue prisionero y recibió palizas diarias y escapó como pudo para llegar a Europa arriesgando su vida en el mar.

«Es difícil, pero tengo que explicarlo porque quiero ser grande y fuerte», indicaba el propio Camara cuando contó por vez primera su historia en medios franceses.

Ousmane creció en la pobreza en Conakry, la capital de su país, y fue educado por su tío con el deseo de ser futbolista. Persiguiendo ese sueño, salió de su país y emprendió el camino a través de Mali y el desierto de Níger hasta llegar a Libia, donde fue engañado y hecho prisionero. Cada mañana le golpeaban para que su familia enviara dinero por su libertad, pero Camara no tenía ni el dinero ni el contacto. 

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Al fin, aprovechó una pelea entre reclusos y guardias para escapar, penó varios días hasta llegar a un campo de refugiados y de ahí pasó primero a Italia y luego a Francia. Su habilidad en el fútbol le salvó y ahora le da otra oportunidad para prosperar. En València demostró que la quiere aprovechar. 

La dura historia de Ousmane Camara, el delantero del Castellón