La crónica | El Castellón tumba al Sporting y roza el objetivo (4-3)

Golazos, emociones y final feliz en el SkyFi Castalia, que es de nuevo el lugar más excitante la ciudad. El Castellón dio un paso de gigante hacia el objetivo de la permanencia y lo hizo a su manera: ambicioso, valiente al ataque y con la dosis de sufrimiento marca de la casa. El 4-3 al Sporting es una de las cimas del equipo de Plat esta temporada.

El resultado sitúa al Castellón a un paso de la permanencia matemática. La puede lograr la próxima jornada, si obtiene contra el Mirandés un resultado mejor que el Eldense contra el Málaga.

El lunes fue un vaivén emocional de los que alteran las almas. Es sabido que el cerebro del hincha suele trastornarse durante estas semanas. Por eso, podría decirse que el día del albinegrismo avanzó entre señales. Para empezar, este lunes se cumplió un año del ascenso a Segunda, y nunca está de más recordar los momentos felices (y a menudo fugaces). Además, y quizá forzando el simbolismo, en la previa se puso a llover. A lo lejos y tras la grada de Preferencia, salió el arcoíris. Qué más se necesita para pensar que está cerca lo extraordinario. Nada, hablamos de fútbol: todo eran señales de algo bonito, pero ya se sabe qué pasa a menudo en este deporte con las señales.

Quizá el fútbol estaba avisando al Castellón o quizá el fútbol lo estaba confundiendo con falsas señales. El debate se aparcó cuando echó a rodar el balón sobre el césped. 

De menos a más

El Castellón, cuya única novedad en el once era el extremo derecho Mabil (Cala empezó en la izquierda y Raúl Sánchez centró su posición en la media punta), empezó algo destemplado. Entró en calor con una travesura de Cala en el minuto 9 que continuó Mabil y no llegó a embocar Camara por poco, y a partir de ese momento tomó el timón del duelo.

Conquistado el dominio territorial, el siguiente paso fue el gol. Llegó de la manera clásica de este Castellón: apertura (Moyita), centro raso (Mabil), aparición de segunda línea y gol (Raúl Sánchez).

Una vez en ventaja, el ritmo se trastabilló con lesiones y golpes. Primero fue el tobillo de Chirino y luego la nariz de Moyita, que dejó al equipo con diez durante unos minutos. El Castellón, que había rozado el 2-0 en una prolongación de Raúl en un córner, perdió el hilo, y el Sporting lo aprovechó.

Del 2-0 albinegro... al empate gijonés

Juan Otero empató pasada la media hora. Lanzado en la carrera, burló a Escobar y batió a Gonzalo con algo de suerte, tras el toque del meta que elevó el esférico. El 1-1 abrumó por momentos al Castellón, que pudo encajar el segundo tanto apenas un par de minutos después. Dubasin le ganó la espalda a Jozhua y se recreó en los regates en el área: cuando al fin picó la pelota en parábola apareció Escobar, providencial sobre la línea de gol, para despejarla.

Fueron minutos de inquietud en el SkyFi Castalia. El equipo de Plat recurrió entonces a lo que dicta el manual: en los momentos de duda, te salva la convicción. Tocó y tocó en el minuto 48, domando la ansiedad, hasta que se abrió la rendija del gol. Un primer toque de Moyita llevó a otra dimensión una combinación que anudaron Chirino y Cala, y que de nuevo Mabil convirtió en pase de la muerte y Raúl Sánchez transformó en gol.

El golazo, uno de los más bonitos de la temporada, marcaba la diferencia al descanso. 

En la segunda mitad, giro de guion. De una contra para el tercero que Camara no concretó se pasó a un error de Gonzalo con el pie, que cometió un penalti que Juan Otero no perdonó. Era el minuto 53.

Nervios e incertidumbre

Con el 2-2 volvieron los nervios y la incertidumbre. A Gonzalo se le escurrió un tiro de Nico Serrano que no fue gol de milagro. La tortura terminó con el mensaje de Plat: quitó a un defensa (Escobar) para añadir un atacante (Suero). Ya se sabe: frente a las dudas, las convicciones. 

El Castellón recobró el pulso y percutió. A Cala le dieron un cabezazo en un salto en el área, después de tocar el balón, pero no se pitó nada. No importó: Alberto marcó un golazo de Beckenbauer con la ayuda de Suero. Véanlo. 

Casi de inmediato, llegó el 4-2, tras un rebote desafortunado de Kevin en el área. Pareció todo de cara y hubo incluso una mano redentora de Gonzalo. Sin embargo, en el 91’ recortó Juan Otero y los diez minutos de añadido se hicieron eternos. El Castellón aguantó panza arriba y el pitido final del árbitro se antojó precioso. Tanto que no había arcoíris y tampoco hizo falta.

La ficha técnica del partido

Suscríbete para seguir leyendo