El Castellón se reencuentra con Alessio Lisci, el técnico de moda

El fútbol es una rueda donde abundan los reencuentros. También es un paisaje propicio para las suposiciones. Nadie sabe a ciencia cierta cómo le habría ido al Castellón con Alessio Lisci (y viceversa) en caso de que se hubiera concretado su contratación en la primera temporada de la era Voulgaris. El italiano, entrenador del Mirandés y próximo rival del Castellón, fue uno de los candidatos a tomar las riendas del club orellut tras la destitución de Rubén Torrecilla.

Pero finalmente el contratado fue Albert Rudé, y la historia posterior de éxito del Castellón es por todos conocida. En paralelo, Lisci también ha encontrado su lugar: está comandando al Mirandés, equipo revelación del campeonato, mientras su nombre se asocia a clubs de superior categoría.

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Contra el Castellón, el entrenador del Mirandés intentará culminar una semana de felicidad. Aunque nació en Roma, es hincha del Inter, recién proclamado finalista de la Champions. Lisci conoce muy bien el ambiente futbolero del SkyFi Castalia, y la ciudad y sus alrededores. Es habitual que se deje caer cada verano por Benicàssim.

Proyección

Lisci, de 39 años, está siguiendo la estela de otros jóvenes entrenadores que pasaron por el Mirandés antes de saltar a Primera (Andoni Iraola, Borja Jiménez...). Su historia tiene un punto peculiar. Se introdujo en el fútbol español a través de una beca Leonardo. 

Después de haber terminado las prácticas en la Lazio como estudiante de Educación Física, en 2011, Lisci escribió a todos los clubs españoles de Primera y Segunda, buscando un lugar donde trabajar. Solo le contestaron dos: el Atlético de Madrid y el Levante. Eligió el club granota porque le ofrecían un equipo mejor en su cantera.

Allí creció y siguió formándose, pasando por varias categorías hasta destacar en los dos equipos más representativos: el juvenil A y el filial. Además, compaginó lo futbolístico con la venta de productos alimenticios italianos a restaurantes de Valencia.

Cuando le llegó la oportunidad del primer equipo, en la 2021/22, demostró estar preparado. No consiguió el milagro de evitar el descenso, pero se ganó el respeto como técnico. Ahora busca el ascenso con el Mirandés (es quinto a dos puntos del segundo), haciéndose fuerte en Anduva: es el mejor local de la categoría. 

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