El Castellón ha sido el equipo más divertido: descubre aquí los motivos

El CD Castellón está en plena reconversión. Por ahora, las bajas superan a las renovaciones y los fichajes. Pero no se apuren. Venga quien venga para suplir a los Raúl Sánchez, Thomas van den Belt y algún otro puntal más que se irá, seguro que mantendrá el mismo tono. Esas señas de identidad que le han convertido en un equipo que se divierte, pero que también divierte.

Dejando a un lado los play-off a Primera División, los encuentros del Castellón han sido los que más goles han registrado, acercándose a los 3,05 de media. Son 128 en total, uno más que el Almería y seis más que los de los compromisos del Cádiz (únicos equipos que han superado este guarismo de tres por partido). Son más de 40 más que el que el colista de este ránking, una SD Eibar que, con 85, apenas supera los dos goles por jornada.

Con todo, ese fútbol alegre y desinhibido ha tenido recompensa: la salvación con dos jornadas de antelación y un saldo positivo: esto es, ha marcado más goles que los que ha encajado.

Ha sido un Castellón atrevido... y certero. Por encima de las sensaciones, sobre esa cantinela que todos hemos oído de que a este equipo le falta gol, los datos. Ha marcado un mínimo de cuatro goles en cinco jornadas: cuatro en casa (4-1 al Cartagena, Almería y Real Zaragoza; además del 4-3 al Sporting de Gijón), además de aquel 2-5 en Almería. Es su mejor dato, en Primera o Segunda, desde la campaña 1985/1986 (siete entonces). Solamente el Deportivo puede presumir de lo mismo.

Intangible

Un estilo vistoso con el que el Castellón de Haralabos Voulgaris siembra para el futuro. El espectáculo hace de efecto llamada para los futbolistas, que ven el bonito escaparate en que se ha convertido el SkyFi Castalia, pero también para patrocinadores, rivales de pretemporada, creadores de contenido, seguidores en redes sociales…

Es una forma de potenciar la marca, de generar un valor añadido y elevarla a una nueva dimensión, gracias a un proyecto de un rabioso presente, pero también de un prometedor futuro, que, principalmente, entra por los ojos.

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