Maincer, empresa de fabricación de maquinaria y automatismos industriales sigue apostando fuerte por las máquinas de corte, rodapié e inglete para almacenistas, revendedores y marmolistas. La compañía, ubicada en Onda (Castellón), dispone de máquinas para cualquier nivel productivo: desde la MCV-400 para un nivel de iniciación a moderado, la combinación MCV-400 + MRV-350 para un nivel medio de producción y la Eco Automatic Line para una productividad elevada y continua sin apenas intervención del operario.

Una de sus últimas novedades es la nueva MCV-400 2.0, a diferencia de la anterior MCV-365, incorpora una banda de 400 mm de anchura, lo que le permite disponer de 35 mm adicionales de ancho de banda, que se traduce en un incremento de un 9 a un 10% de la productividad (bajo las mismas condiciones) en el proceso de corte. Por otra parte, la incorporación de un motor adicional permite incrementar la productividad de la máquina a la hora de hacer tanto rodapiés como ingletes. Este motor, colocado como primer motor, se encarga del desbaste de las piezas de rodapié antes de ser romadas por las muelas de forma (colocadas en el 2º y 3r motor). Además, la máquina puede realizar ahora ingletes de forma sencilla y con acabados excepcionales.

La nueva ‘MCV-400 2.0’ ha cosechado un gran éxito desde su lanzamiento en enero de este año.

Fácil manejo

Por su parte, la MRV-350 es una máquina compacta de fácil manejo desarrollada para dar respuesta a la alta demanda de servicios de fresado de materiales constructivos que muchos distribuidores y talleres de mecanización tienen. La nueva MRV-350/5+1 permite crear rodapiés, peldaños, ingletes y biseles a partir de materiales estándar de una manera fácil, flexible y limpia. Se trata de una fresadora compacta, destinada al trabajo con piezas constructivas tales como cerámica y porcelánico; piedra; baldosa extruida; mármol; granito; compuestos resinados; y compuestos vítreos.

La Eco Automatic Line destaca por su gran productividad, ya que tiene solo una única manipulación: el operario carga piezas base en la máquina de corte y automáticamente se convierten en rodapiés que salen ordenados por la mesa apiladora. A ello se suma la velocidad de la máquina de corte y la de la máquina de rodapié, que se sincronizan para obtener el máximo rendimiento en todo momento, alcanzando velocidades propias de líneas de mayor envergadura y presupuesto.