El presidente de ATC, Juan José Montoro, se muestra optimista y confía en que el sector cerámico, aunque con mucho sufrimiento, también superará la actual crisis derivada del descontrolado aumento de los precios de la energía. Montoro asegura que el uso del hidrógeno no es una utopía, pero que la industria necesita plazos más amplios para completar el proceso de descarbonización.

Usted fue uno de los primeros en reclamar una revolución en el sistema productivo azulejero que elimine la dependencia del gas. ¿Se trata de una utopía o se puede avanzar en ese sentido?

-En absoluto, no es una utopía. Es un objetivo que hay que alcanzar, con creatividad, desarrollo e innovación. Y, sobre todo, con sentido común. Lo que no se puede es vender la solución (como se ha vendido el hidrogeno), sin tener las necesidades energéticas cubiertas, como es el caso de Europa con el gas.

Recuerdo que hace un tiempo, una ministra dijo que ya no se fabricarían más coches de diésel, de la noche a la mañana, y eso no es sentido común. Estamos inmersos en una marea de despropósitos. Europa se está probando a sí misma, y de momento la imagen y los hechos son deficientes.

¿Y de quién es la culpa?

-La culpa de la situación actual no es la guerra, ni de las compañías energéticas, que también. La culpa es de unos gestores políticos con una visión estratégica muy reducida y sin liderazgo, que primero crean el problema y luego ponen parches. La introducción del gas en la cerámica supuso una revolución tecnológica que propició la disrupción de la monoporosa y el avance sin precedentes de la cerámica. Desde entonces se ha trabajado en aumentar la eficiencia energética y se han conseguido cotas muy altas de reducción en el proceso. También hay que destacar, incluso, la introducción de la cogeneración que, de una manera absurda, no se apoya en España. Y que no digan que le han dado solución porque de momento no está, y ya veremos la letra pequeña…

¿Y qué están haciendo las empresas?

-Las empresas se han puesto a trabajar y han conseguido reducir el consumo energético por eficacia y por necesidad. Están en marcha numerosos proyectos para conseguir disminuir la dependencia del gas, como la planta eléctrica, la instalación de renovables, la reformulación de materias primas, la granulación, distintos proyectos de secado, microondas, ler, hidrógeno…

Todo ello lleva a pensar que se irán adoptando medidas tecnológicas que trazarán un camino hacia el objetivo de no depender del gas. Pero, progresivamente, sin marcar fechas utópicas y pensando de una manera global, porque Europa no está sola en el mundo.

¿Qué papel pueden o deben jugar los técnicos cerámicos ante esta situación?

-Los técnicos cerámicos, entendiendo como técnicos a todas las personas que intervienen en la cadena de valor de la producción cerámica, que va desde el origen de las materias primas hasta conseguir la satisfacción del cliente fina,l cuando la baldosa ya está definitivamente colocada, pueden y deben dar lo mejor de sí, en dos líneas de trabajo muy concretas: aumentar con todos los conocimientos actuales la eficiencia, para que cada kw usado esté bien gastado; y, en segundo lugar, estar atentos a todos los desarrollos tecnológicos para implantarlos con creatividad en la industria cerámica. Con el nivel de implicación que nos caracteriza, seguro que podemos vislumbrar salidas a estas crisis. Vamos a padecer mucho, pero saldremos de ella.

¿Está en peligro el clúster al menos tal y como lo conocemos en la actualidad?

-Por esta crisis, creo que no. Que están crujiendo las cuadernas de todo el tejido industrial, sí; pero confío en que sabremos salir airosos, aunque maltrechos. Otra cosa, y por otras muchas circunstancias, es que el clúster tal como lo hemos conocido hasta hace tres años, ahora esté cambiando. El clúster está en un proceso de evolución que es imparable.

¿La crisis energética puede frenar el proceso de digitalización del sector?

-No, al revés, estas crisis refuerzan los avances tecnológicos y, en cuanto a la digitalización, se está acelerando para precisamente conseguir una eficiencia energética mayor.

ATC cumple este mes 46 años. ¿Qué ha aportado a la evolución de la industria cerámica?

-Visto con la perspectiva, ATC nació en un momento en que había una gran avidez de conocimiento por parte de todas las personas implicadas en la industria cerámica: prácticos, técnicos, empresarios… Y sirvió de canal para satisfacer esta necesidad.

La ATC creció al mimo tiempo que se desarrollaba el clúster y fue parte importante en su formación.oy, en otras circunstancias, sigue canalizando conocimiento e incorporando nuevas generaciones a la industria cerámica.

¿Qué papel deberá desempeñar ATC en el futuro inmediato del sector cerámico?

-El objetivo debe ser el mismo: difundir conocimiento al sector y, además, cuidar el legado de las personas que han adquirido una sabiduría importante. Como si se tratase, que de hecho lo es, de un patrimonio inmaterial que el sector debe transmitir a las generaciones nuevas. Valores, esfuerzo y experiencia

Los años impares son, para ATC, años congresuales… ¿La asociación trabaja ya en la edición de su Congreso Internacional del Técnico Cerámico para 2023?

-Ahora estamos preparando ATC Impulsa, que se celebra dentro de la feria Destaca. Allí entregaremos los ya consolidados premios Impulsa, que reconocen los mejores trabajos de fin de ciclos y de grados, para apoyar el esfuerzo en las nuevas generaciones. ATC Impulsa será la antesala del comienzo de la preparación del Congreso de 2023. La próxima edición de nuestro congreso será, seguro, un gran reto para afrontar mejor el futuro.