El pavimento cerámico del ITC que absorbe el agua de lluvia ya está en el mercado

Los módulos creados permiten drenar hasta 10.000 litros de agua por metro cuadrado y hora

Responsables del ITC y de la conselleria de Industria, en la presentación de la zona de pruebas del proyecto.

Responsables del ITC y de la conselleria de Industria, en la presentación de la zona de pruebas del proyecto. / Manolo Nebot

Bartomeu Roig

Bartomeu Roig

Castellón

El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-AICE) tiene entre sus principales objetivos la investigación sobre nuevos usos de este material. Uno de los proyectos en los que trabaja se llama Drainker, y consiste en un sistema que permite drenar el agua de lluvia en usos exteriores. Esto se hace mediante el ensamblaje de piezas cerámicas en módulos, de modo que el líquido se filtra y se evita el encharcamiento. Desde hace un tiempo, el ITC hace un seguimiento en una zona de pruebas instalada en el campus de la UJI, con el fin de saber si se cumplen con los parámetros deseados de permeabilidad, además de conocer su respuesta ante el paso de personas y vehículos por encima.

«Tras más de nueve meses de funcionamiento, los valores obtenidos están muy por encima de lo que requieren actualmente las guías nacionales de diseño que establecen permeabilidades mínimas iniciales de entre 2.000 y 4.500 litros por metro cuadrado a la hora», destacan desde el instituto tecnológico. Las últimas comprobaciones realizadas en esta superficie experimental se quedan muy por encima, al tener la capacidad de drenar hasta 10.000 litros por hora.

Demostración del proyecto.

Demostración del proyecto. / Manolo Nebot

Transferencia

El resultado de las pruebas ha hecho que este conocimiento llegue a la industria. «La empresa Hermanos Llansola está empezando a comercializar el pavimento Drainker», detallan desde el ITC. De esta forma se alcanza una de las metas del proyecto, que era propiciar la fabricación de estos módulos para su utilización en espacios urbanos. El diseño de las piezas ha contado con la colaboración del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (Iiama) y la Cátedra Cerámica de Valencia (CCV) de la Universitat Politècnica de València (UPV).

Precedente

Esta iniciativa tiene como precedente la solución adoptada en una calle de Benicàssim. En aquella ocasión se hizo el ensamblado de piezas de pasta roja de escaso valor comercial, lo que le ha valido varios reconocimientos como ejemplo de economía circular.

Colaboración con otros sectores

El ITC también colabora con otros sectores para investigar sobre aplicaciones de economía circular y optimización de recursos. Uno de los últimos ejemplos es Circom, que acaba de comenzar su segunda anualidad, y que tiene aplicaciones en la construcción y la metalurgia. Estos dos actores de la economía suelen dejar un gran número de residuos, que este proyecto pretende valorizar. El ITC y la cantera La Torreta trabajan en un mortero aprovechado de estos restos.

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