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"La UE impone grandes limitaciones a sus empresas y el beneficio es cero"

El profesor del IESE Pedro Videla explica cómo se configura el tablero económico mundial tras los aranceles de Trump

El profesor del IESE Pedro Videla.

El profesor del IESE Pedro Videla. / Mediterráneo

Bartomeu Roig

Bartomeu Roig

Castellón

El IESE, junto con Ascer, ha organizado el 6 de octubre una sesión con el profesor Pedro Videla sobre la geoeconomía mundial y el impacto de las políticas de la administración de Trump. Una jornada a la que asistirán directivos de Castellón.

Este año se habla de aranceles más que nunca, por el enfrentamiento entre Estados Unidos y prácticamente el resto del mundo. ¿Esto tiene precedentes?

En 1947 se creó el GATT, Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles, que después pasó a la Organización Mundial del Comercio. Y la función de esta institución era establecer reglas. Por lo tanto, no hay un precedente en los últimos 70 años. Estamos destruyendo la institución que Occidente creó después de la Segunda Guerra Mundial, que nos dio una gran riqueza a todo el mundo. Estamos destruyendo el sistema que hemos creado. Y sobre esa destrucción del sistema de comercio internacional, ahora Estados Unidos ha adoptado una serie de políticas que son contrarias a la idea original del comercio.

¿Y esto hasta dónde nos puede llevar?

No es un cambio temporal, es un cambio sustancial en la estructura económica global. Lo que está haciendo Trump, lo que está haciendo China… Dentro de diez años nos daremos cuenta de que en términos de PIB tendrá un impacto negativo mucho peor que, por ejemplo, el producido por el covid.

En agosto se llegó a un acuerdo entre la Unión Europea y Estados Unidos para establecer un arancel del 15%. ¿Se ha acabado ya la incertidumbre?

Trump es errático, y con unos dirigentes de la Unión Europea que no son muy eficientes y capaces, la incertidumbre se amplifica.

¿Ese 15% es un buen acuerdo?

La letra pequeña no está clara. Yo no conozco a nadie que haya leído el acuerdo, que tenga una idea de qué significa que Estados Unidos va a recibir después una inversión procedente de Europa. Antes, los aranceles más altos no llegaban al 5%.

¿Qué pueden hacer los empresarios, por ejemplo los azulejeros de Castellón, que exportan mucho a Estados Unidos?

Los empresarios están dispuestos a tomar riesgos, a ir contra las vicisitudes. No son pusilánimes, siempre miran adelante. Por ejemplo, buscando nuevos mercados.

Los aranceles y guerras como la de Ucrania afectan a las empresas, cuando ellas no han generado los problemas.

Hay que ser prudentes. Por ejemplo, las autoridades no deben empezar a hablar abiertamente contra los Estados Unidos. Sabemos que tiene un comportamiento bastante errático, pero no le demos fuego a este tipo de cosas. Debemos tener una posición que no sea conflictiva respecto a Estados Unidos porque cualquier día te puede caer un arancel extra. Lo que es bueno para tu ideología o tu partido político, quizás no sea bueno para el país. Y si uno está a cargo de política exterior, lo único que debe buscar es maximizar el beneficio del bien común del país.

¿Es partidario de las subvenciones si las empresas sufren por factores externos a su actividad?

No. Dar una subvención es maximizar el impacto negativo. Yo no puedo decir que los productores de electricidad van a perder mucho dinero en invierno porque en verano hay muchas horas de sol. Los empresarios, repito, son gente valiosa para la sociedad porque son hombres y mujeres de acción que luchan contra la adversidad y generan riqueza.

¿Cómo está actuando la Unión Europea?

Estados Unidos tiene un PIB per cápita un 72% superior a Europa. Ocurre porque son más productivos que nosotros. ¿Y por qué? Porque tenemos un sistema financiero fragmentado que no financia las nuevas tecnologías. La Unión Europea tiene numerosas regulaciones y restricciones a las empresas. Tenemos el problema del cambio climático, y hay países como Alemania que están dispuestos a eliminar plantas nucleares. Esto aumentará el coste de la energía para las empresas, haciéndolas absolutamente no competitivas. Es una región que ha perdido su capacidad de competir, en que no hay empresas de las nuevas tecnologías, en que no hay emprendimiento, y eso lo dijo Mario Draghi hace más de un año, sin que haya habido una reacción. Europa está imponiendo restricciones fuertes a sus empresas y el beneficio es cero. Esa es la pregunta que debería hacerse la Unión Europea y sus dirigentes.

¿En qué lugar quedan sectores tradicionales como la cerámica?

Lo que tienen que hacer es mirar a la nueva productividad. Si tienen que deslocalizar, ellos sabrán mucho mejor que yo si deben hacerlo. Saldrá adelante buscando nuevos clientes, mejorando sus productos... Hay que adoptar la nueva forma de enfrentar al mundo. Aunque, dado que enfrentamos tantas regulaciones, esto es una labor muy difícil para los empresarios.

Hemos hablado de Trump, de China, pero también están las políticas populistas en expansión en todo el mundo. ¿Qué puede ocurrir con este auge?

Si uno cree en la democracia, la democracia significa que la gente va a elegir aquellos que ellos piensen que son los mejores representantes para resolver los problemas que se enfrentan. A priori, colocar cualquier tipo de dudas respecto al sistema en nada ayuda a los países occidentales.

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