Los vecinos de las cercanías del colegio Hermanos Ochando de Almassora están preocupados por la importante presencia de jeringuillas en la calle S¨quia Parra, ubicada entre las calles Sant Mateu y Sant Pere de esta localidad. Asimismo, los vecinos mostraron su preocupación por el incremento de l número de jóvenes que practican el botellón y consumen estupefacientes en las cercanías del centro escolar.

Una parte de esta estrecha calle atraviesa una zona de naranjos por urbanizar, un lugar frecuentado por drogadictos que abandonan sus jeringuillas por los alrededores. Según una de las vecinas de la calle Sant Pere, la presencia de drogodependientes y las concentraciones nocturnas de jóvenes asustan a los residentes. "Aún se ven algunas agujas y cada vez más jóvenes vienen a estas zonas apartadas a fumar porros, lo que hace que no nos sintamos seguros", indicó preocupada la vecina.

Al ser un camino de paso de los escolares, la presencia de estos restos significa un peligro para los niños. "Los días que no hay colegio y que circula menos gente se ve algunos yonquis entre los naranjos y luego está lleno de jeringuillas por el suelo y a los lados", explicó uno de los menores que frecuenta la travesía hacia la escuela.

"Entre los naranjos hay incluso un colchón donde se ponen para colocarse, aunque hace poco habían traído incluso sillas", reiteró otro vecino de la zona afectada.

Por otra parte, uno de los problemas recientes que denunciaron los vecinos es el incremento de jóvenes que eligen las cercanías del colegio Ochando y la parte trasera del ambulatorio para reunirse. "Detrás de la travesía de Sant Pere y contra el colegio se reúnen muchos coches de jóvenes con la música fuerte que consumen alcohol y porros", indicó un vecino de la de la zona del Canyiset.