Desde hace meses, los visitantes del castillo de Peñíscola se han quedado privados de las vistas que ofrece su terraza principal. El motivo no es otro que unas obras de restauración, que han incluido la reposición de las almenas en la mayor parte de su perímetro, excepto la parte de la torre del homenaje.

Junto a las almenas, que ya están dando un aire diferente a la silueta de la ciudad, se podrá ver el pavimento de la terraza y las chimeneas que se han descubierto con motivo de estos trabajos.