Sant Mateu es desde hace pocos años un lugar de visita obligada para los aficionados a los belenes. El responsable es Enrique Ballester que, junto a su familia, ha invertido tiempo y dinero en realizar uno de los pesebres más espectaculares de toda la Comunidad Valenciana.

Unos 18.000 euros lleva invertidos Ballester solo en materiales, sin tener en cuenta la mano de obra y las cientos de horas dedicadas para conseguir esta obra que ocupa unos 60 metros cuadrados, que tiene más de 500 figuras distintas.

La representación belenística pesa cerca de cuatro toneladas y cada año cobra un aspecto renovado y diferente. Ballester no duda en ampliar escenas y decorados que él mismo elabora de manera totalmente artesanal.

Como ejemplo del poder de convocatoria de este peculiar belén, el año pasado fue visitado por unas 9.000 personas, una cifra que podría volver a repetirse en esta ocasión.

AFICIÓN RECUPERADA La afición de Ballester por los belenes viene de lejos. Ya de pequeño destacaba en el montaje de pesebres, y aunque años después dejó aparcada esta vocación artística, su llegada a Sant Mateu la volvió a despertar.

"La tradición de este pueblo de ir por las casas con belenes a cantar villancicos me motivó para volver a montar uno", asegura Enrique Ballester.

Así, este vecino de Sant Mateu montó un pequeño pesebre en la entrada de su casa que "apenas ocupaba un metro cuadrado, casi hacía reír", afirma. Y, año tras año, fue creciendo hasta convertirse en uno de los montajes más espectaculares de la Comunidad Valenciana y que, este año y por primera vez, compite en un concurso de belenes familiares, una convocatoria que afronta con ilusión.

El belén monumental de Sant Mateu tendrá abiertas sus puertas hasta después de Reyes, tanto los fines de semana y festivos como los días laborables, a través de la Oficina Municipal de Turisme de la localidad.

En la Navidad del año 2005, el pesebre de la familia Ballester cumplirá diez años y para celebrar esta importante efeméride ya piensan en preparar alguna sorpresa especial, tal y como reconoce Enrique.