A finales de 1996 y principios de 1997, cuando en Burriana se tramitaban las primeras unidades de ejecución, los propietarios se sentían ultrajados y poco menos que expropiados.

Ahora, todos saben los precios que se manejan en la compraventa de terrenos, dinámica que se ha bautizado en Burriana como la solarina; y en caso de apostar, las cesiones que hay que hacer, y las cuotas de urbanización que hay que pagar.