La notificación que debe realizar el Ayuntamiento de Almassora a los propietarios de viviendas en las que existen tramos de las antiguas murallas de la villa, para que estos puedan presentar las alegaciones que estimen oportunas, generará un nuevo retraso en la aprobación del Catálogo de Bienes de Interés Cultural. Para el concejal de Urbanismo, Enrique Brisach, la apertura de este nuevo periodo de alegaciones, imposibilitará que el catálogo pueda aprobarse en el próximo pleno ordinario a celebrar el lunes 5 de abril.

Cabe señalar que la aprobación definitiva del catálogo por parte de la Conselleria de Cultura también está pendiente de que el consistorio remita una documentación sobre el Pont Nou de la N-340 y el yacimiento arqueológico del Torrelló.

El casco antiguo de Almassora conserva numerosos restos de la muralla medieval. Según explicó el arqueólogo municipal, Gerardo Clausell, "hay calles como San Cristóbal en las que el 60 por ciento de las paredes son murallas que se ven perfectamente a simple vista".

El nuevo PGOU aprobado en 1998 reconoce la zona La Vila como ámbito protegido, por lo que para realizar obras de cimentación se precisan sondeos previos para evitar la destrucción de los antiguos muros.

En octubre del 2002 las obras que se estaban llevando a cabo en una vivienda situada en el número 70 de la calle San Vicente descubrieron un lienzo de unos ocho metros de la antigua muralla medieval de la villa que, el arqueólogo municipal Gerardo Clausell, dató en el siglo XIII.

Fruto de la vigilancia de estos últimos años han sido hallados en el área de La Vila un total de 16 metros de muralla dentro de cuatro viviendas situadas entre las calles Los Ángeles, San Vicente y Virgen de la Luz.

Asimismo, existen otros tramos de muralla en el casco antiguo, además de otros elementos arquitectónicos del siglo XIII, como porches góticos en las plazas Mayor y de la Iglesia, así como también hornos medievales.