El crecimiento de la población ha sido paulatino durante las primeras décadas de la segunda mitad de siglo con un especial desarrollo en los años 60, cuando se pasó de 12.000 a 15.500 habitantes.

Hasta el 1964, la localidad azulejera exportaba trabajadores con un promedio de unos 180 personas por año. Era el auge de Alemania y Francia que demandaban mano de obra española.

Posteriormente, en 1990 existe un flujo de entrada y salida del censo que estabilizaba la población en 18.500 habitantes.