Después de lograr la ayuda humanitaria necesaria, con la colaboración de toda la población, para llenar un camión de gran tonelaje, varios jóvenes de L´Alcora solicitan ahora la colaboración que precisan para transportar todo aquello que se ha recopilado, con el objeto de culminar la campaña que iniciaron en favor de Afganistán. Un país castigado por la pobreza, el hambre y, en los últimos años, por una guerra feroz que no deja que sus habitantes recobren la normalidad perdida hace décadas.

Estela Puchol, una de las jóvenes que impulsó la iniciativa de ayuda a Afganistán manifiesta: "Estamos muy contentos por la respuesta de la gente a nuestra llamada, demostrando su gran solidaridad y aportando mucha ayuda material, pero nos falta la ayuda del transporte para llevarlo a Madrid, desde donde el Ejército lo destinará hasta aquel país".

"El traslado de todo a la capital de España es lo que pedimos, y hacemos una llamada a transportistas o empresas que, a través del departamento de venta del sector cerámico, nos coordine un viaje para llevar la ayuda", dice la joven.

Estela Puchol asegura que también les sería útil un donativo económico de unos 500 ó 600 euros, que serviría para pagar el viaje hasta Madrid.

Amistad

La iniciativa de los jóvenes alcorinos surge de la amistad con el comandante interventor José Mª Sempere Domínguez, que se encuentra en Kabul (Afganistán), forma parte de la Comisión de Ayuda Humanitaria y participa en el reparto de las ayudas, junto a otros responsables del Ejército en la zona.

La ayuda de los alcorinos ha sido depositada en el edificio del antiguo taller de Bernardo Martí, en la calle Constitución, a la espera de su traslado.

Los colaboradores no pedían nada del otro mundo, sólo aquello que sobra a muchas familias, como ropa, alimentos no perecederos, medicamentos que no estén próximos a caducar y material escolar, así como también juguetes para que los niños afganos puedan sonreir después de tanto llanto.