Desde hace varios siglos Els Pelegrins inician un camino penitencial para rogar a la Providencia. Pero no olvidemos, que aunque ha recibido la máxima distinción de la Generalitat al Mérito Cultural, sigue siendo una manifestación religiosa. Los que participan más directamente deben ser cristianos no acomplejados ni avergonzados de ser creyentes. La peregrinación no ha de ser una carga, sino un don. Una gratificante experiencia humana y espiritual o ¿tal vez es un peso de obligaciones morales para con el pueblo? Queridos Pelegrins, habéis heredado una fe que debéis redescubrir y hacer vida para que no se convierta en lastre que os quite la libertad.

Periodista.