La orden de desalojo de la primera planta del mercado central, fijada por el consistorio para el día de hoy, podría no ser asumida por alguno de los establecimientos afectados. De los cinco comercios que hasta ayer ocupaban la primera planta, cuatro cierran para siempre, pero uno, una carnicería, se reubicará en la planta baja.

La dueña de este establecimiento, Conchita Amposta, se queja de que las obras de su nueva parada todavía no han acabdo y ya ha advertido de que no piensa "bajar la persiana hasta que no finalicen". Las tareas las está ejecutando el propio consistorio de Vila-real.

"Si cierro antes de disponer de otro espacio perderé clientela", afirmó la dueña de la carnicería, quien añadió que "el martes voy a abrir mi tienda".

De cumplirse esta advertencia, se complicaría el desalojo anunciado por el consistorio, y comunicado por carta a los distintos comerciantes de la zona.

La orden establecía que ayer sábado era el último día para abrir las tiendas, de modo que "a partir del 1 de mayo la Conselleria ya pueda disponer de la primera planta del mercado", según confirmó el responsable municipal de Promoción Económica Ramón Tomás, quien insistió en que "desde ahora estos establecimientos ya no pueden abrir".

Las obras de ampliación de los juzgados supondrán una inversión de seis millones de euros por parte de la Conselleria.