A Joaquín Carlos Pastor Alonso se le conoce en Benic ssim y en los círculos políticos como el Zorro, quizá por su capacidad para estar siempre en todos los líos. Fabrista convencido, cuesta creer que lleve buena parte de la legislatura desafiando a su amado líder hasta el extremo de que se ha jugado la expulsión del partido. De hecho, se le ha exigido en varias ocasiones su acta de concejal sin éxito. Y es que a Pastor lo que más le gusta es ser protagonista y salir en las fotos, y con el PP en los gobiernos local, provincial y autonómico eso es una bicoca. Puede que ahora primen intereses distintos que los propios del partido.

Aunque su carrera política se inició en 1995 cuando encabezó el PIE, sin obtener escaño, siempre ha sido un habitual de la vida social y política de Benic ssim, ciudad a la que llegó desde Castellón para casarse con Mayte Pons, hija y hermana de constructores. Durante muchos años regentó la bocatería Lindau, donde se reunía la flor y nata de la economía y la política provincial. Y a él se le atribuye, aunque nunca se confirmó, el que apareciese el día del pleno que aprobó el PGOU en 1984 un coche fúnebre delante del Ayuntamiento.

Empleado de Bancaixa (muchos años en Oropesa y ahora en Alcal ) su pasión es el fútbol y llegó a ser directivo en el C.D. Castellón de Domingo Tárrega. Quizá de su etapa laboral en Oropesa venga su gran amistad con el concejal José Manuel Ribes, también expulsado del PSOE por su indisciplina de partido.

En 1999 se integró en el PP y fue concejal de Deportes en una legislatura marcada por las broncas continuas con sus socios de ARB. De ahí viene la radical enemistad entre Pastor y el actual alcalde, Manuel Llorca, entonces concejal de Urbanismo. Se le relacionó, sin pruebas, en una página web que atacaba con saña a Llorca y fue el instigador y promotor de la comisión de investigación de la UE-12 contra Llorca.

Cuando nadie daba un duro por Pastor, Fabra volvió a confiar en él y lo incluyó de número siete en la lista del 2003. Salieron seis ediles y fue repescado tras la dimisión de Javier Asín para ocupar un cargo en Valencia. Desde entonces, su única misión fue convencer a Mari Carmen Asín, para que regresase al PP y presentar una moción de censura contra Colomer. Su penúltimo susto ha sido el accidente que sufrió en Oropesa el 30 de septiembre cuando regresaba del pleno donde le aprobaron la recalificación de unos terrenos.