Un Real Decreto de 2002 regula el uso de las motos náuticas y exige titulación a los conductores, salvo para las de alquiler. Además, fija circuitos en grupos de cuatro motos como máximo, tutelados por un monitor. Es fundamental respetar la distancia de la zona de baño.

Capitanía Marítima abrió expediente sancionador en el 2005 a dos usuarios de motos de alquiler y tres particulares. Un aficionado recibió una multa de 2.500 euros; y un profesional, pagó 15.000 euros por incumplimiento de las normas de seguridad.