El bullying es un fenómeno antiguo, pero siempre se había trivializado. Ahora somos más conscientes de todos los fenómenos agresivos, hay una mayor sensibilización.

Sin embargo, también se corre el riesgo de ver fantasmas. Una discusión, conflicto, pelea, la sobreprotección o el sensacionalismo pueden llevar a conclusiones erróneas.

Por eso, hay que dar información correcta de qué es y formar a quienes están cerca de este fenómeno social, pues el acoso también sucede en los ratos de ocio, en el autobús y en las pandillas. Las soluciones no pueden limitarse únicamente a la escuela.

Psicóloga del área de Orientación del colegio Salesiano de Burriana.