El trayecto que une Vila-real y Burriana es cada día más largo en las horas punta. Las retenciones antes de llegar a la vía de circunvalación pueden alcanzar hasta un kilómetro.

Ayer, unos 500 metros antes de llegar a la rotonda del matadero, comenzaba la retención para los que entraban a Burriana. Y para los que tenían que acceder por la rotonda del camino de Onda, aún les quedaba una retención más hasta la plaza Panderola. Los políticos anuncian desde hace tiempo la solución de un paso subterráneo en la carretera de Vila-real, pero esta solución posiblemente dependa del desdoblamiento del vial.

Hasta que se realicen estas obras, los que tiene que utilizar estas vías para desplazarse a sus lugares de trabajo están soportando unas deficiencias de las que se anuncian soluciones que nunca llegan.

Pretendemos tener una ciudad moderna, abierta al mar, como se pregona continuamente y, sin embargo, no damos solución a las infraestructuras que son fundamentales para la modernidad y la calidad de vida. Hace más de tres años que se firmó el acuerdo entre Generalitat y Ayuntamiento para doblar la carretera del Puerto y sigue siendo un proyecto sin consolidarse.