La localidad festejó ayer el segundo centenario de la campana mayor del campanario conocida por el nombre de María Rosa. Para celebrar este aniversario, el obispo de la diócesis, Casimiro López Lorente, fue el encargado de oficiar una emotiva homilía en el templo parroquial de los Santos Juanes.

El interior del templo estuvo repleto de feligreses que no quisieron perderse la misa oficiada por el nuevo prelado, que en su homilía agradeció el poder estar presente en la particular festividad eclesiástica.

El párroco local, Miguel Abril, recordó a todos los vecinos que en su día lucharon para que las campanas no se fundieran. "Gracias a esa lucha, hoy en día podemos conmemorar este segundo centenario", dijo.

Esta campana mayor es la más gruesa, 1 metro y 34 centímetros de diámetro y una altura de 1 metro y 30 centímetros. El peso alcanza los 1.393 kilos. En la parte más ancha tiene grabada una cruz. Maria Rosa, se colocó en el campanario en el año 1806 y sustituyó a la que había entonces desde el año 1735, que también llevaba el mismo nombre.

Hace muchos años, esta campana sufrió daños en su asa interior. Tras observarlos, se pensó en hacerle dos agujeros en la cabeza, entre los brazos y las asas, donde colocaron otro agarradero sujetado por dos pasadores y, de esta forma, pudo continuar utilizándose.

Muchos feligreses están interesados en la adquisición del libro sobre el campanario escrito por Abril que, en su homilía, calificó al campanario, y también a sus campanas, como "el símbolo de Almenara y todos sus vecinos tienen que estar orgullosos del magnífico campanario que hoy en día ostenta nuestra iglesia".