Desde que anoche Les campanes al vol, seguidas del pasacalle, anunciaran el inicio de las fiestas, Catí vive inmerso en la celebración de sus fiestas mayores. La organización de una jornada de la peña taurina ha supuesto un día más de fiestas, con lo cual ya son doce. Doce días en los que no faltarán música, bailes, juegos, deportes, actos religiosos, etc., pero, sobre todo, toros. Y es que durante estos días de fiestas se van a embolar un total de 10 toros.

Con el cambio de corporación municipal, los vecinos esperaban un cambio que vienen pidiendo a gritos desde hace muchos años. Sin embargo, Manuel Luis Puig, que aunque lleva dos legislaturas como teniente de alcalde son sus primeras fiestas como alcalde, afirma que el corto periodo transcurrido desde las elecciones no les ha permitido efectuar "cambios notables" y que "con tiempo, todo se andará".

Y es que, según Puig, las de Catí son "unas fiestas diferentes", pues no existe una comisión de fiestas como tal. Son las diversas asociaciones las que programan cada cual su parcela y el Ayuntamiento, además de organizar la mayor parte de los festejos taurinos, actúa de coordinador y corre con los gastos y permisos de las jornadas taurinas organizadas por otras asociaciones.

Así pues, la principal novedad es la prueba y embolada de un toro cerril el primer día de fiestas. Otra novedad es la reaparición, después de varios años de ausencia, de clavarios para la festa dels Xòfers. Carlos Montañés, Vicente García, Vicente Puig, Óscar Monfort, Alejo Puig, Héctor Roig, Mishu Grossu, David Beltrán, Diego Sales, Iván Miralles, Héctor Giner y Rubén Sanjuán son los jóvenes valientes que organizan, por su cuenta y riesgo, 24 horas de festejos ininterrumpidos en los que el presupuesto suele superar los 12.000 euros.

El peso de la organización de las verbenas corre a cargo de la Asociación de Jóvenes Catinenses. La entidad que preside Lina García, tras el éxito de la pasada edición, ofrece un tombet de bou que congrega a casi todo el pueblo alrededor de una mesa. Además, la Asociación Cultural Tossal de la Nevera ha echado una manita en la organización del Ball Plà, ya que, aunque no se temía por su desaparición, no pasaba por su mejor momento.