La entrada de peñas con la que cada año se inician las fiestas de la Misericordia de Burriana podría convertirse este viernes en un acto reivindicativo de los jóvenes de la ciudad en protesta por la falta de oferta de ocio.

Desde hace varios días se están pasando mensajes de correo electrónico convocando a los vecinos a organizar una cacerolada y a exhibir carteles el día del desfile de las peñas. También desde diferentes foros de internet se está promoviendo está iniciativa, cuyo detonante ha sido el hecho de que el único concierto de las fiestas es el de los Míticos 70, con Jeannette, Tony Ronald, Miki y Lorenzo Santamaría.

Después de un verano sin actuaciones musicales y viendo que en los pueblos de alrededor se organizaban conciertos punteros con visitas como la de Alejandro Sanz, en Almassora; o Serrat y Sabina, en Onda, muchos sectores, especialmente el de los jóvenes, esperaban una compensación en el programa de fiestas.

El año pasado se celebraron durante el verano tres festivales: Port de les Cultures, el Cool Music Festival y el Electrosplash. Además, hubo cinco conciertos: Efecto Mariposa, Chambao, Rosario Flores, Edurne y Loquillo y los Trogloditas --estos dos últimos durante la Misericordia--.

Sin embargo, este verano no ha habido festivales ni conciertos; solo se ha mantenido el certamen de teatro de la Torre del Mar. Los jóvenes no entienden que la única actuación de las fiestas sea la de los Míticos 70, que a buen seguro agradará a un segmento de la población, pero que no ha colmado las expectativas de otros muchos ciudadanos.

En el fondo de esta cuestión está la falta de alternativas de ocio para los jóvenes de Burriana, que ya ven peligrar para el año que viene los chiringuitos, que según ellos, es lo único que les queda en el municipio.

En invierno, debido a la falta de propuestas --bien sea porque no hay un lugar adecuado o porque no existe un tejido empresarial interesado en promover el ocio en una ciudad que raya los 38.000 habitantes-- los jóvenes de Burriana se ven obligados a salir de la ciudad para acudir a discotecas --principalmente a la Vall d´Uixó o Castellón--, o simplemente para ir al cine. Y cientos de padres se ven obligados a turnarse para hacer de taxistas de sus hijos los fines de semana. Esta situación ya fue uno de los principales asuntos de debate en la pasada campaña electoral, y todos los partidos apuntaron la necesidad de buscar soluciones.

Además, el traslado del Mesón del Vino, de la Terraza Payá a la plaza Santa Berta, también se ha dejado notar, y de las 16 casetas que hubo hace dos años ahora solo quedan cuatro puestos.