Los vecinos de Forcall se encuentran inmersos en la celebración de las fiestas patronales en honor a Nuestra Señora de la Consolación y a San Víctor, que se prolongarán hasta el próximo sábado, 1 de septiembre.

Durante la presente jornada, las actividades lúdicas son las grandes protagonistas del programa. Entre ellas, uno de los actos más relevantes y más esperados es la tradicional concentración de paellas, que tiene lugar en la plaza Mayor. Desde hace diez años, este popular acto congrega a los más cocineros de cada cuadrilla con el objetivo de elaborar la paella más sabrosa.

Por otra parte, la diversión para los más pequeños llegará mañana, de la mano de diferentes parques infantiles, actuaciones teatrales y una merienda en la que el protagonista principal será el chocolate.

Del mismo modo, los mayores también tendrán su parcela de protagonismo ya que, tras la misa, tomarán parte en una comida de hermandad. Posteriormente, podrán participar en diferentes concursos, como el campeonato de petanca.

FERVOR, BAILES Y ASTADOS

El aspecto más religioso de las celebraciones tuvo lugar durante el fin de semana, cuando los vecinos participaron en la romería hacia la ermita de la patrona del pueblo y, una vez allí, le dedicaron rezos y oraciones. Asimismo, la entrada de San Víctor desde la ermita de San José, conmemorando la llegada de sus reliquias al pueblo, congregó a muchos fieles de todas las edades.

Cabe destacar también la importancia del folclore popular en estos festejos estivales. En este sentido, el grupo Els Dansants o la danza de San Víctor han sido protagonistas de momentos únicos durante sus pasacalles. La danza tradicional que representa esta agrupación, de la que se tiene constancia desde el año 1773, está interpretada por ocho hombres vestidos con pololos blancos, enaguas almidonadas y con un mantón de manila o de seda alrededor de la cintura. No obstante, también existen otras danzas, como la de los labradores o la de les gitanetes. Por último, la danza más joven de todas, creada en 1934, es la de Els varetes, interpretada por diez niños pequeños, que bailan mientras golpean sus varas y realizan, también, castillos humanos.

No obstante, todavía quedan varias jornadas festivas por delante y, sin lugar a dudas, los toros serán los encargados de proporcionar momentos de emoción a vecinos y aficionados. Cada día, por la tarde, los astados y las vacas recorren la plaza Mayor, convertida en todo un recinto taurino. Por otro lado, algunas noches, los toros embolados serán el centro de atención reuniendo a numerosos visitantes atraídos por tan espectacular acontecimiento. Las jornadas concluirán al son de las orquestas en el pabellón de fiestas.