La Cabalgata del Ninot pone en entredicho, como es tradicional, la gestión municipal, dentro del humor clásico de un carnaval. La cabalgata coincide con la campaña electoral, por lo que algunas de las críticas tocarán temas nacionales. Burriana no dejó de celebrar la cabalgata en la dictadura, asumiendo la censura y que se prohibía llevar máscaras y criticar cualquier gestión municipal o nacional. Aquellas cabalgatas eran más bien un motivo de diversión dentro de una libertad controlada. Desde que se retiró la censura, la cabalgata ha ganado muchos enteros. La libertad que hoy en día tienen las comisiones para expresar lo que realmente quieren denunciar da a entender aquello en lo que no están de acuerdo con la gestión municipal. Hay que destacar que los políticos se lo toman con deportividad aunque haya escritos muy fuertes para enrojecer a cualquier político.

Se entiende que aquellos que no se reflejan en la cabalgata son aquellos que no cuentan para la ciudadanía, sea para bien o para mal.