Las dependencias parroquiales ya hace dos meses que se han trasladado a un local acondicionado por el Ayuntamiento en la calle San Cristóbal, número 1, y desde entonces, la abadía está vacía, a la espera de ser derribada, lo que permitirá observar la parte del ábside que se encuentra oculta y acceder al Museo Cardenal Tarancón, cuyas obras están terminadas desde hace siete años, sin que todavía haya abierto sus puertas por falta de acceso, si bien tampoco se ha realizado el proyecto museístico y no hay nada expuesto. Según narra Francisco Roca Alcayde en su ´Historia de Burriana´ de 1932, el 16 de febrero de 1850 acordó el Ayuntamiento edificar la actual casa abadía, para cuyo objeto se destinó el dinero ingresado por la venta de los terrenos del Común (para edificar casas), situados a espaldas de la capilla.