La enfermedad de la grafiosis ataca de nuevo a la colonia de olmos negros centenarios que todavía queda en pie en el céntrico paseo del Jardín del Botánico Pau de Segorbe. La virulencia del hongo, llamado Ceratocystis ulmi, de carácter semiparasitario, que necesita para propagarse un insecto vector conocido como barrenillo del olmo, ha tenido especial incidencia en esta temporada, causando la muerte de ocho.

A principios de temporada ya se taló uno de ellos y siete más están en peligro. Uno de los ejemplares supera los 200 años y es el que tiene mayor valor sentimental para la población, ya que, a mediados del siglo pasado, lo atravesó un rayo que dejó su impronta en todo el tronco.

LA SOLUCIÓN Según aseguró el concejal de Parques y Jardines, Ángel Berga, los siete árboles han "reverdecido por el aprovechamiento de la poca savia que circula por sus ramas". El método planteado por el Ayuntamiento para salvarlos sería la poda de la copa, dejando la estructura del tronco y ramas principales. Para Berga, serviría para "para ver la capacidad que tienen de recuperarse cara a la primavera y, si no sucede, probaremos a plantar alrededor algún tipo de trepadora que se reparta por el olmo, intentando vestirlo".

La preocupación de la corporación se centra en la veintena que han quedado en el paseo. También se está introduciendo el olmo blanco para comprobar si esta especie es más resistente.