Una estampa navideña en pleno mes de octubre. Con un gran manto blanco se despertó ayer la provincia, después de una intensa nevada que afectó a las comarcas de Els Ports, el Alt Maestrat, l´Alcalatén y Palancia, cubriendo hasta los 30 centímetros en Ares, 25 en Fredes, 22 en Morella y 13 en Vilafranca.

El intenso frío polar que azotó ayer el este peninsular llegó a la provincia en forma de nieve, ventiscas y una caída en picado de las temperaturas, que bajaron hasta 12 grados en algunos municipios, dejando el mercurio por debajo de cero en Vilafranca (-1,7), Castellfort (-1,2) y Morella (-1), según el Centro de Meteorología de la Comunitat. En Castellón capital, la mínima fue de 6 grados, 4 en Atzeneta y Segorbe y 3 en Pina. Castellfort pasó en solo 48 horas de marcar 21 grados de máxima, el lunes, a los 9 de ayer; Vilafranca, de los 19 a los 7; Fredes, de 18 a 8; Atzeneta, de 27,7 a 13,8; Segorbe, de 24,2 a 14; y Castellón, de 23 a 17.

Hacía 30 años que no nevaba así en pleno mes de octubre. Fue en la noche del 26 al 27 de octubre de 1979, y los registros no fueron tan intensos, según fuentes de la Agencia Estatal de Meteorología. "Aunque no es frecuente, en años recientes ha habido nevadas en octubre en zonas altas de Castellón, aunque menos importantes. La anterior fue en el 2002, por encima de 1.000 metros y llegó a cuajar por encima de 1.200; y, anteriormente, en 1992 y 1993", explican.

En Ares, Eduardo Royo declaraba que "no se podían abrir ni las puertas y los coches estaban completamente cubiertos". En Morella, María Vives incidía en que "el frío ha venido de golpe".

TRABAJOS A DESTAJO Primera nevada y primeros problemas. El hielo acumulado obligó a usar cadenas en siete carreteras provinciales y a cerrar parcialmente al tráfico pesado los puertos de Torremiró, Querol y el Coll d´Ares. Nueve brigadas rurales de emergencia trabajaron "a destajo" desde primera hora, asegura Antonio Albiol, jefe de uno de los equipos. Seis de ellas eran vehículos quitanieves, para que todo volviera a la normalidad en la CV-173 y la CV-15 en la interesección con la CV-166, ambas en el límite con Teruel; en la CV-124 entre Ares y Forcall, la CV-14 en Morella, hasta el kilómetro 4; la CV-12 entre Ares y Morella; la CV-170 en Vistabella; la CV-172 en Masías de Vistabella y la A-23 en Barracas. El tráfico quedó restablecido a mediodía, aunque la nieve dejó huella en la carretera CV-105, en Castell de Cabres, donde estuvieron incomunicados hasta primera hora de la tarde. Y en Fredes, los bomberos tuvieron que rescatar a varios camioneros, que quedaron atrapados durante varias horas en el interior de sus vehículos.

En el litoral, la flota se mantuvo amarrada ayer en todos los puertos de la provincia, ante el aviso de preemergencia declarado por la Generalitat, que se retiró ya por la tarde. Los vecinos tuvieron que pasar de llevar manga corta a coger el chubasquero en solo 48 horas. Los vientos llegaron a soplar ayer a 70 kilómetros por hora en la zona de l´Alcalatén y el Alt Maestrat, mientras los registros pluviométricos acumularon 44 litros en Benafigos, 35 en Catí, 26 en Sot de Ferrer, 25 en Onda, Alfondeguilla y Vinaròs, 22 en l´Alcora y 11,6 en Castellfort. Entre Peñíscola y Benicarló, donde llovió sobre mojado, con picos de agua de unos 20 litros acumulados, quedó cortada otra vez la carretera que une la costa, a la altura de Peñismar, en una zona ya castigada por el tiempo en las últimas semanas.