Los vecinos de la zona de Voramar de Peñíscola se concentraron ayer frente a las puertas de sus propiedades para protestar por lo que consideran un "abandono por parte de las administraciones", ante el continuo riesgo de inundaciones en la zona. Un problema que, reconocen, ya existía "con anterioridad a la construcción del nuevo paseo marítimo", pero que se ha incrementado desde ese momento.

El portavoz de los vecinos, Diego Mansilla, explicaba que las causas de estas riadas se deben "a las deficiencias en los trabajos del bulevar, con la insuficiencia de la red de evacuación de aguas pluviales y residuales". También achacan la situación a la existencia de las "dunas artificiales de la playa, que impiden la salida natural de las aguas y acaban inundando nuestros garajes".

Durante estos años, representantes de la zona han mantenido reuniones con responsables del consistorio de Peñíscola y de la Jefatura Provincial de Costas, "sin ningún resultado hasta la fecha; solo hemos recibido promesas incumplidas, desidia y pasividad absoluta". Es por ello que ahora solicitan que "de una vez por todas se tomen las medidas técnicas que son necesarias".

MEDIDAS TÉCNICAS Los propietarios de estas urbanizaciones --algunos de ellos venidos especialmente para estar en este acto reivindicativo-- consideran que técnicamente es posible resolver el problema, ya que Holanda "mantiene tierra seca varios metros debajo del océano, cuando nuestros especialistas son incapaces de hacerlo por encima del nivel del mar". Por ello, anuncian que piensan interponer acciones para lograr una solución.

Desde el consistorio peñiscolano han indicado que en la actualidad está en fase de licitación un proyecto encaminado a solventar el problema. Una obra que se tenía que haber hecho en 2006, pero que no pudo ejecutarse al no haber empresas interesadas en desarrollarla. Por ello, se decidió incrementar el precio de licitación de 80.000 a 150.000 euros, tras revisar el proyecto.

El edil de Urbanismo, Romualdo Forner, explicó que el Ayuntamiento "no puede controlar el número de empresas que se presentan, aunque sí puede reformular proyectos para atraerlas, como hemos hecho ahora".