Los agricultores de Alcalà de Xivert afectados por la plaga de la polilla del tomate, que afectó a prácticamente la totalidad de la cosecha de tomata de penjar del 2007, ya están cobrando las ayudas prometidas por la Conselleria de Agricultura, que son de 3.000 euros por hectárea. Así, y teniendo en cuenta que en total se vieron perjudicadas unas 150 hectáreas, la Generalitat ha tenido que destinar una partida entorno a los 450.000 euros para indemnizar a la treintena de productores de Alcalà. A estos hay que sumar los de Torreblanca y Cabanes que, aunque en superficies y cantidades más reducidas, también vieron mermada su producción por la epidemia.

Desde la Asociación de Productores y Comercializadores de tomata de penjar xivertense se muestran satisfechos por la compensación económica pese a que, en un principio, como ya recogió este periódico en septiembre del 2007, pedían de 18.000 a 19.000 euros por cada hectárea. En teoría, han percibido el dinero todos los afectados, menos unos pocos que debían acreditar aún la propiedad de los terrenos cosechados, ya fuera mediante la escritura o el contrato de arrendamiento. "En un primer momento, los técnicos de la Conselleria nos pidieron solo el certificado realizado por ellos mismos in situ en las parcelas donde entró la plaga pero, después, solicitaron también otros documentos que han retrasado los pagos", explicaron desde el colectivo de productores.

PLAN DE ACTUACIÓN Por lo que respecta a la plaga en sí de Tuta Absoluta --como se denomina esta polilla que mina las hojas-- esta temporada ha seguido mermando la cosecha, pese a que desde el verano de hace dos años ya se adoptaran una serie de medidas para paliar sus efectos. Estas llegaron de la mano de la Conselleria de Agricultura que, después de varias reuniones con los agricultores afectados, diseñó un plan de actuación consistente en vigilar periódicamente varios campos --para lo que se desplazan técnicos de la Generalitat--, además de indicar el insecticida adecuado para combatirla.

Asimismo, los expertos de la Generalitat, junto a un equipo de asesores del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (Ivia) y de un grupo de entomólogos de la Universitat Politècnica de València (UPV), están estudiando el insecto en sí, procedente del cono sur de América y sin precedentes en este país, para saber cómo minimizar sus efectos. Desde Fepac-Asaja explicaron a este rotativo que una de las salidas es encontrar un depredador de este tipo de polilla, por eso solicitaron al Consell que lo traiga de Suramérica o bien que lo reproduzca aquí. Además, se continúan buscando insecticidas más efectivos.

Por lo que respecta a cómo ha podido llegar hasta la Comunitat Valenciana, Fepac-Asaja, al igual que el Consell, pide responsabilidades a los controles fronterizos dependientes del Gobierno central por no haber realizado las pruebas pertinentes que hubieran evitado que esta polilla entrara en el país.