Los ayuntamientos de la provincia no quieren ahogar a los ciudadanos ante el lastre que está produciendo la crisis y por ello el incremento en el impuesto de bienes inmuebles (IBI) se ha congelado, aunque ello suponga mermar los beneficios en las arcas municipales, ya reducidas por el parón de la construcción.

La alcaldesa de la Vall d´Uixó, Isabel Bonig, recuerda que la última revisión catastral "se hizo con el anterior equipo de gobierno, en un momento de bonanza económica y de boom de ventas de pisos. Pero la situación ha cambiado y se ha rebajado para aliviar en cierta manera las cargas tributarias a los vecinos". Cabe recordar que el pleno aprobó que el tipo impositivo pasara del 0,85 al 0,83 "y se irá rebajando más de manera gradual cada anualidad", indica la munícipe.

Vinaròs también ha congelado la tasa para adaptarse a la realidad social. Su primer edil, Jordi Romeu, señala que "los valores catastrales vienen impuestos por el Plan General, aprobado en el 2001, ya que se marcaron las calificaciones territoriales. No obstante, el tributo se queda como está para no gravar aún más".

MEDIDAS SIMILARES Benicarló tampoco plantea una subida del IBI "a corto plazo", indica el edil de Urbanismo, Antonio Cuenca. Además, el año pasado se realizó una revisión parcial del catastro para localizar "aquellas propiedades que no estaban dadas de alta en el registro para que cotizaran igual que las demás".

Por otro lado, el Ayuntamiento de Almassora incorporará durante este ejercicio 1.300 nuevas unidades fiscales de acuerdo a la actualización periódica que el consistorio desarrolla con el objetivo de agregar las últimas altas registradas. La gestión, que se desarrolla con carácter rutinario cada año, arrancó en el 2008 y serán efectivas a lo largo de este año. En la práctica, estas labores posibilitarán que las nuevas viviendas que se incorporan al entramado urbano abonen los impuestos a los que están sujetas, lo cual ha permitido equilibrar la balanza municipal. No obstante, el IBI urbano se ha congelado, mientras que el IBI rústico ha sufrido una rebaja, pasando del 0,55% al 0,30%. Según explica el concejal de Hacienda, Juan Cantavella, desde el consistorio se considera que es "conveniente y necesaria una disminución atendiendo al momento de crisis que estamos atravesando y que también afecta al sector agrario".

También cabe destacar que municipios como Vila-real o Segorbe fraccionarán el pago de los recibos de las tasas municipales con el mismo objetivo: poder sobrellevar la actual crisis.