El Ayuntamiento de Burriana ha requerido al propietario de la alquería del Batlle, situada entre el cementerio y la ronda de la CV-18, para que apuntale y consolide la estructura de este edificio protegido que sufrió graves daños tras las precipitaciones registradas entre el 27 y el 29 de septiembre. Según informó el arqueólogo municipal, José Manuel Melchor, hace un mes se envió una carta a los dueños para que actúen, y seguirán haciéndolo según marca el procedimiento administrativo hasta conseguir que este edificio histórico no corra peligro.

En el mismo sentido se pronunció el concejal de Cultura, Enrique Safont, quien no descarta la asunción de medidas subsidiarias por parte del Ayuntamiento si el propietario no cumple con la normativa a aplicar.

Esta alquería presentaba un estado muy deficiente desde hacía años. Se trata de una importante construcción del patrimonio rural construida en 1689 por Ignacio Ferrando, que entre 1692 a 1703 ostentó la baila de Burriana, de ahí el nombre. El inmueble formó parte del Señorío del Palau y Palamarinar y pertenece a la empresa Atitlan participada por los descendientes del Barón de Terrateig.

Aunque la situación económica del Ayuntamiento resulta complicada por la obligación de satisfacer varios justiprecios, desde hace tiempo viene planteándose la necesidad de que el municipio se haga cargo, bien mediante compra o cesión. Incluso sería conveniente la adquisición de los terrenos que rodean la construcción, pues allí se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más importantes, ligado al origen de la ciudad.