A las 9.00 horas de ayer ya había dos chicas y un chico a las puertas del Casal Jove de Benicàssim. Su objetivo: ser los primeros en entrar en el proceso de selección de las 500 personas que se precisan para trabajar en el próximo Festival Internacional de Benicàssim (FIB) y al que, como ya adelantó este rotativo, se han presentado 2.785 aspirantes.

Pese a que las entrevistas se prolongarán dos días más, en el momento de abrir las puertas ya había una larga cola de jóvenes. Entre las novedades de este año, destaca el cambio de la motivación de aquellos que quieren un contrato en el FIB. Mientras que en ediciones anteriores el reto era acudir al festival gratis y, de paso, ganar un dinero, esta vez son muchos los que reconocen llegar en busca de un trabajo, aunque sea solo durante cuatro días. Es el caso de Víctor García, que vino ayer de Valencia “simplemente, porque necesito dinero”; o de Nacho Martínez, de Castellón, quien ofrecía el mismo argumento cuando se le preguntaba por qué hacía la larga cola.

En gran medida, los jóvenes que esperaban el momento de la selección venían en grupos, con lo que se hacía menos pesado.

Desde la organización detallaron a Mediterráneo que el número de seleccionados para estar, principalmente, en las barras del festival estará sobre el medio millar, cantidad inferior al 2009.

A quienes se presentan para optar a estas plazas, que pueden llegar a cobrar de media 300 euros, se les pide, sobre todo, si han tenido experiencia anterior en el mundo de la hostelería.

Cabe destacar, por otra parte, que el FIB también se nutre de voluntarios procedentes de la Universitat Jaume I, que este año serán 450 cuando el pasado llegaron incluso a los 750. H