El Festival Internacional de Benicàssim ha superado con nota su edición número 16. Son muchos años plantado cara y consolidando un fenómeno que no admite comparaciones fáciles. A los 100 conciertos debemos añadir las 100 acciones extramusicales que conforman una propuesta multidisciplinar basada en la calidad y la vanguardia. El concurso de cortos, las esculturas, la danza y la moda amplían el enfoque de un festival que ha crecido con nosotros y es parte inevitable de nuestras vidas. Hoy por hoy, Benicàssim aporta más que nadie a la mundialización de este territorio. 16 años dan para que un niño nazca, se desarrolle y termine la Educación Secundaria Obligatoria. Ese es el tiempo que llevamos desplegando imaginación y esfuerzo para que el FIB lidere las grandes citas de música indie a nivel internacional.

Pero no nos conformamos. Benicàssim decidió buscar y fortalecer su identidad en los mercados turísticos diferenciando sus productos. Formulando apuestas valientes en un mundo en el que aspirar a vivir de rentas y nostalgias es comenzar a morir.

La cultura y la música son piezas centrales de nuestra estrategia como destino turístico. Es más, ya podemos hablar de ventajas competitivas con datos en la mano. A finales de agosto Benicàssim se dispondrá a celebrar el mayor festival de música reagge de Europa. Un evento que concilia la oferta artística con el compromiso con la diversidad y el multiculturalismo. Un nuevo festival para todos los públicos y todas las familias con grandes alicientes recreativos y una carga de reflexión sobre los caminos deseables para construir un mundo mejor. El Rototom Sunsplash, recientemente reconocido por la Unesco precisamente por todo lo mencionado, constituye la gran novedad de este año tan crítico para la mayoría de los municipios y destinos turísticos.

Pero entre el FIB y el Rototom, esta semana acabamos de presentar tres importantes acontecimientos culturales que nos llenan de orgullo y, más allá, de oportunidades para nuestro tejido turístico. Contribuyen al prestigio global de Benicàssim y, en el ámbito más cotidiano, refuerzan la dinámica económica durante los días que duran.

Se trata de un nuevo Ciclo del festival de Teatro con Buen Humor, una idea original que llevamos 17 años manteniéndola como una divisa de nuestro emblemático Teatro Municipal. En segundo lugar, hace unos días presentamos una nueva edición del Festival de Música Sacra. Una idea y una propuesta exclusiva que guarda relación con el compromiso de la comunidad Carmelita del Desert de les Palmes y la encomiable dirección artística de Antonio Rodríguez. El Ayuntamiento sostiene la voluntad de mantener una propuesta que presenta, año tras año, una magnífica acogida entre el público de la zona y el turismo.

Finalmente, entre el FIB y el Rototom también vamos a celebrar la tercera edición del Festival de Ópera de Benicàssim. Un festival cuyo propósito busca extender este género entre todos los públicos. Por su formato (pantallas gigantes en la calle), ambientación y precio popular de las entradas, permite cultivar el gusto por una propuesta que, de otra forma, permanecería siempre en círculos excesivamente estrictos y elitistas. Benicàssim se significará en las citas operísticas de verano con programaciones cuidadas y el trabajo excelente de los directores Sergi Alapont y Roberto Turlo. Hijos de Benicàssim y jóvenes talentos con trayectorias impecables a nivel internacional. Este año, el cartel contempla, entre otros, el espectáculo estrella de Madame Buterfly. Septiembre traerá más noticias sobre los proyectos de Benicàssim como referencia de la cultura y las artes. Lo importante es saber a dónde vamos como modelo de ciudad y como destino turístico diferenciado.

No nos valdría querer manosearlo todo y no destacar en nada. Nuestra hoja de ruta está fijada y así, el tiempo, los ciudadanos y el público confirman su acierto. H